Consolada desde el cielo

Mi papá ya no estaba con nosotros. Hacía un año exactamente que, después de luchar contra una enfermedad maligna, se había ido. Era un hombre que irradiaba felicidad donde llegaba. Siempre con el ánimo arriba. Aún cuando su salud comenzó a fallar, estaba decidido y lleno de fe, en vivir el suficiente tiempo, para celebrar sus 50 años de matrimonio. Y en efecto así pasó. Después de eso, vivió dos años más y se fue. Su presencia entre nosotros era tan grande, que aún después de un año, todavía creo que en cualquier momento va a entrar a la casa, con su hermosa sonrisa. Hace unos días mamá me pidió que la acompañara a visitar la tumba, pero primero quería comprar algo especial para colocárselo. Así que fuimos a una tienda de regalos, y a mamá le encantó un globo en forma de corazón, con el dibujo del osito Teddy en él, y un mensaje que decía: Te amo mucho. Después de comprarlo, mamá escribió el nombre de papá en el globo y nos dirigimos al cementerio. Al llegar a su tumba, la limpiamos...