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Mostrando entradas de enero, 2017

Un accidente iluminó su vida

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Hace veinte años, Mary Ann Franco sufrió un terrible accidente automovilístico. Los doctores lucharon por salvarle la vida durante horas, en la mesa de operaciones. Mary se salvó, pero quedó totalmente ciega. Trato de continuar su vida, y aprendió a adaptarse a su nueva condición. Tuvo sus hijos y, hoy en día,  están todos casados y con una hermosa familia cada uno. Hace poco, cuando estaba limpiando en su casa en Okeechobee, se cayó y se lesionó la columna vertebral. Fue llevada de emergencia al Hospital Martin Memorial, en Stuart, Florida, y de inmediato fue sometida a cirugía. Después de varias horas, los médicos lograron restaurarla por completo. Mary recuerda que despertó con mucho dolor y pidió a la enfermera que le suministrara algún analgésico. De pronto se dio cuenta de que podía ver. Le dijo a la enfermera, y ésta quedó atónita. Enseguida llamaron a los médicos, quienes trataron de explicar científicamente, qué había logrado que ella recuperara la vista. Pero nada de lo qu

Los milagros ocurren a diario

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Después de terminar mi carrera de periodismo, encontré un trabajo como editor en una revista referente al crecimiento personal. A pesar de mi fe en Dios, yo era un escéptico. A menudo me llegaban historias sobre sucesos asombrosos y milagros. Estas historias de "maravillas" y "milagros" no podían ser reales, al menos no para mí, por lo que comencé a pensar que estaba en el lugar equivocado. Pero, por increíble que parezca, leyendo, más y más, todos estos relatos reales, comencé a entender que existía un mundo lleno de un poder, que estaba fuera de toda comprensión humana. Empecé a aprender a distinguir, en sucesos ordinarios,  el amor, la protección, el consuelo, la paz y la sanidad provenientes de Dios. Al graduarme, mi difunto abuelo, me regaló un billete de $ 50, y me dijo: “Inviértelos en la chica con la que te vayas a casar”. Para aquel entonces esta suma de dinero era significativa. Así que lo que hice fue guardar muy bien el billete, en una parte especial

El sueño que me dió esperanza

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Tenía 34 años y sentía que mi vida no iba a ninguna parte. La salud de mi madre estaba fallando. Mi trabajo como secretaria no estaba funcionando. Y estaba a punto de divorciarme. Hablé con Dios, pero no pude obtener una respuesta clara. Por primera vez en mi vida, las dudas me abrumaron. Busqué la ayuda de un consejero, pero sólo empeoró las cosas.  Me preguntaba si la única manera de acabar con el dolor que me embargaba era terminando conmigo misma. Aquella noche, sola en mi dormitorio, hice una última súplica: "Dios, ayúdame". Al quedarme dormida comencé a soñar que flotaba en una piscina de aguas muy claras. Yo siempre había sentido miedo del agua, ni siquiera sabía nadar. Esta piscina, sin embargo, era diferente. De alguna forma sabía que no corría peligro de ahogarme. Flotando allí, cerré los ojos y me dí cuenta de que no sentía tensión en mi cuerpo. No tenía miedo. Yo era finalmente feliz. Completamente en paz. La luz del sol me despertó. Me senté en la cama y por p

El mágico poder de la sonrisa

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Hace unos años, coincidiendo con unas rebajas en unos grandes almacenes, a una amiga muy cercana, Paula, le pasaron unas cuantas cosas divertidas. Ella estaba sumamente interesada en comprar vestidos. Así que se dirigió hacia la sección donde estaban y comenzó a buscar, revolviendo todos los que estaban allí. Por supuesto, el almacén estaba repleto de gente comprando ropa. Entonces dirigiéndose a la empleada le preguntó: ¿Podría decirme si tienen este mismo modelo en rojo?”, y la chica le respondió: “Lo que ve aquí es lo que hay. ¡Y no revuelva más!”. Ante tal actitud, y semejante respuesta, mi amiga dejó el traje allí, muy molesta, y sintiéndose maltratada, se prometió a sí misma no volver a comprar en esos almacenes. Unos días después, y estando más calmada, Paula pasó por mi casa y comenzamos a hablar sobre lo que le había pasado. Le pregunté cómo le había ido en la otra tienda, donde había decidido ir después del mal rato que pasó, y me dijo: “Pili, estoy encantada con esa nueva