Un accidente iluminó su vida
Hace veinte años, Mary Ann Franco
sufrió un terrible accidente automovilístico. Los doctores lucharon por
salvarle la vida durante horas, en la mesa de operaciones. Mary se salvó, pero
quedó totalmente ciega. Trato de continuar su vida, y aprendió a adaptarse a su
nueva condición. Tuvo sus hijos y, hoy en día, están todos casados y con
una hermosa familia cada uno. Hace poco, cuando estaba limpiando en su
casa en Okeechobee, se cayó y se lesionó la columna vertebral. Fue llevada de
emergencia al Hospital Martin Memorial, en Stuart, Florida, y de inmediato
fue sometida a cirugía. Después de varias horas, los médicos lograron restaurarla
por completo. Mary recuerda que despertó con mucho dolor y pidió a la enfermera
que le suministrara algún analgésico. De pronto se dio cuenta de que podía ver.
Le dijo a la enfermera, y ésta quedó atónita. Enseguida llamaron a los médicos,
quienes trataron de explicar científicamente, qué había logrado que ella
recuperara la vista. Pero nada de lo que expusieron tenía sentido, en especial
porque antes del accidente Mary Ann era daltónica, y ahora su visión era
perfecta. El neurocirujano que estuvo al frente del equipo, el
Dr. John Ashfar, declaró a los medios lo siguiente: "La
restauración de la visión de Mary Ann Franco es un verdadero milagro. No tengo
una explicación científica para ello". Vio a sus nietos por primera
vez. Afirma que está experimentando la vida de nuevo."En las mañanas me
levanto y miro hacia fuera y veo el sol salir, y todo parece un sueño. La vida
es hermosa, al igual que todo lo que nos rodea. Continuamente agradezco a Dios
por el regalo de la visión, y no pasa un día en el que no me sienta maravillada
por mi entorno. Gracias a esa caída, mi vida es ahora maravillosa".
Verdaderamente la mano de Dios está en todo lo que nos
sucede, y es por eso que no sería justo calificar como "terrible" e
"injusto" aquello que nos pasa, y que aparentemente está
"arruinando" nuestras vidas, contrariando nuestros planes, y
haciéndonos sentir inútiles. Es hora de que cambiemos la forma de ver la vida,
y ésta historia es un ejemplo de ello. Dejemos de lado las quejas y la
autocompasión, que sólo nos hacen perder el tiempo, y ensombrecen nuestro
entorno. Tratemos de ver todo lo que acontece como lo que realmente es,
"La mano de Dios". Si cambiamos nuestra actitud, seremos
testigos de milagros inesperados. Recuerda que la vida es un continuo
aprendizaje. Anímate, levántate, sacúdete el polvo, y sigue
adelante. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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