Los milagros ocurren a diario

Después de terminar mi carrera de periodismo, encontré un trabajo como editor en una revista referente al crecimiento personal. A pesar de mi fe en Dios, yo era un escéptico. A menudo me llegaban historias sobre sucesos asombrosos y milagros. Estas historias de "maravillas" y "milagros" no podían ser reales, al menos no para mí, por lo que comencé a pensar que estaba en el lugar equivocado. Pero, por increíble que parezca, leyendo, más y más, todos estos relatos reales, comencé a entender que existía un mundo lleno de un poder, que estaba fuera de toda comprensión humana. Empecé a aprender a distinguir, en sucesos ordinarios,  el amor, la protección, el consuelo, la paz y la sanidad provenientes de Dios. Al graduarme, mi difunto abuelo, me regaló un billete de $ 50, y me dijo: “Inviértelos en la chica con la que te vayas a casar”. Para aquel entonces esta suma de dinero era significativa. Así que lo que hice fue guardar muy bien el billete, en una parte especial de mi billetera. Comencé a salir con algunas chicas, muy de vez en cuando. Pasó un tiempo, y un día conocí, “casualmente”, a una chica bastante dulce, y la invité a salir. En nuestra primera cita, la llevé a un lindo lugar, y la invité a comer. Cuando nos íbamos, pedí la cuenta, y fue entonces cuando me dijeron que allí solo aceptaban efectivo. Me trajeron el recibo, y vi, con asombro, que todo había salido por $ 50. De repente sentí que era una señal de Dios, y entregué el billete que me había regalado mi abuelo. Hoy esa chica es mi esposa, y hemos sido felices todos estos años. Ahora puedo decir con certeza, que los milagros si ocurren, a diario y en todas partes. Adam Hunter
Definitivamente tenemos un Dios maravilloso, que solo quiere darnos lo mejor. Esta experiencia nos dice que lo que llamamos casualidades, es en realidad la mano de Dios guiándonos hacia nuestra vida, hacia nuestra verdadera felicidad. Tan solo debemos creer y esperar confiados. Pues muchas veces pensamos que nuestro éxito es por un camino que previamente hemos trazado, mas no es así. Muchas son las ocasiones en las cuales, las puertas se nos cierran, y creemos que Dios se olvidó de nosotros. No nos damos cuenta de que lo que está sucediendo es que El nos está guiando por un camino que no habíamos visto antes, y en el cual encontraremos todo lo que en realidad necesitamos. Así que no pierdas la esperanza. Sigue adelante, confiado, y verás milagros cuando menos lo esperes. ¡Que Dios te de un Feliz Día!      Any Aular

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