LA PODADORA

La amistad entre mi vecino, Vance y yo, comenzó con la muerte de mi cortadora de césped. La vendí como baratija y comencé a buscar otra. Un buen día, mirando a través de la cerca, reparé en la cortadora de césped de mi amigo, y para mi sorpresa, él accedió a prestármela. Para ser honesto ninguno de los dos era un verdadero ejemplo de la amistad. Un sábado, en el que Vance había salido de viaje, necesitaba desesperadamente podar la grama, así que con cuidado entré a su jardín y tome sigilosamente la cortadora. Por alguna razón que no recuerdo, estaba apurado ese día y, sin querer, la pase por encima de la acera y se dañó por completo. Así que la lleve con cuidado al mismo lugar de donde la había tomado. Luego me fui en un viaje de negocios por cinco días. A mi regreso, Vance me estaba esperando. Cuando estacioné mi auto me pidió que lo siguiera. Fue entonces que me llevó al patio trasero, en la esquina de la acera donde se había roto la podadora. El lugar estaba rodea...