HARIA CUALQUIER COSA
Jack tenía parálisis cerebral. Era cuadripléjico y empleaba el restringido movimiento que tenía en una mano para manejar su silla de ruedas eléctrica. El asistía a mis clases. Un día Jack se me acercó y dijo que quería trabajar. En ese momento yo estaba entrenando a adultos gravemente discapacitados para trabajar en puestos dentro de la universidad. El me dijo que quería trabajar en la cafetería. Asombrada en el primer instante, pensé en las destrezas necesarias para eso. ¿Cómo podría ayudar allí? Pensé. ¿Qué te gustaría hacer, Jack? le pregunté. Su respuesta fue firme: ¡Haría cualquier cosa! me dijo con una sonrisa. ¡Cómo me gustó su ánimo y su voluntad y cuánto admiré su convicción! Al día siguiente Jack estaba listo para empezar a trabajar. A pesar de mi esfuerzo por hallarle una labor no encontraba la solución. Al ver mi frustración, un ayudante lo solucionó. Acortó el mango de un cepillo para que cupiera bajo el brazo de Jack y pudiera ser manipulado con una mano. El cepillo...