EL VERDADERO VALOR DE LAS COSAS


Sólo faltaban cinco días para la Navidad y solo se veía a la gente haciendo las compras de última hora. Me dolían los pies y la cabeza, estaba agotada y cansada. En mi lista estaban los nombres de personas a las cuales les quería regalar pequeños detalles. Para completar las colas en las cajas registradoras eran muy largas. Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Los dos  estaban muy mal vestidos y con sus abrigos raídos, y sus zapatos les quedaban muy grandes. Llevaba en sus manitas unos cuantos billetes arrugados. La niña llevaba un par de zapatos de mujer dorados. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos a la cajera.  La mujer les entregó el recibo y dijo: son 6.09 pesos. El niño le entregó sus billetes arrugados y contó 3.12 pesos y dijo: - Bueno, pienso que tendremos que devolverlos, volveremos  otro día y los compraremos. Ante esto la niña empezó a llorar y dijo: - "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos". - Volveremos y los compraremos, dijo su hermanito. Ante esto, y  sin pensarlo, yo le completé los tres pesos que faltaban. En eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo: - "Muchas gracias señora". Aproveché la oportunidad para preguntarle qué había querido
decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña me respondió: - "Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos
dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús y mi maestra dice que las calles del cielo son de oro reluciente, tal como estos zapatos. -Creo que mi mamá se verá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos"- . Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. Por supuesto que sí, le respondí. Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para hacerme recordar el verdadero valor de las cosas, y el verdadero significado de la navidad. 
En ésta época del año acostumbramos  a enredarnos en una serie de compras y actividades muy elaboradas,  porque creemos que todo eso es necesario para vivir momentos mucho más especiales. Pero no es cierto y no está bien… Tratemos o procuremos de no perder de vista lo que significa la navidad. La navidad es amor y paz. La navidad es compartir, es dar y recibir. La navidad está en la unión. La navidad nos dice: “Tienes esperanza, puedes volver a comenzar”. La navidad está en poder decir:” Te perdono, sigamos adelante”. No perdamos de vista todas estas cosas, que no se compran con dinero, pero  viven para siempre. ¡Vivamos la navidad como debe ser! ¡Que Dios te de un Feliz Día!                                                                                              Any Aular

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