Palabras Milagrosas

Yo no sabía qué escribir. Me senté frente a mi laptop al borde de las lágrimas. Mis manos estaban sobre el teclado, latiendo de dolor. El diario que escribía día tras día, estaba lleno de expresiones y referencias llenas de felicidad, era un archivo que había abierto sólo para escribir pensamientos alegres y pequeños milagros que había presenciado. Pero en ese momento yo tenía una migraña muy fuerte y la fibromialgia que padecía estaba aumentando el dolor del resto de los miembros de mi cuerpo. El dolor era tan fuerte que no había sido capaz de comer más de unos pocos bocados de desayuno antes de sentir náuseas. En días como este, no era mucho lo que podía hacer, los dolores eran tan paralizantes. Incluso el haberme tratado de arreglar y maquillar no había funcionado. Me sentía realmente mal. De repente me invadió el repentino deseo de escribir. ¿Pero por qué? ¿Qué podría ser alegre o milagroso en ese momento? Leí lo último que había escrito, sobre una mañana clara y brillant...