Palabras Milagrosas
Yo no sabía qué escribir. Me senté frente a mi
laptop al borde de las lágrimas. Mis manos estaban sobre el teclado, latiendo
de dolor. El diario que escribía día tras día, estaba lleno de expresiones y
referencias llenas de felicidad, era un archivo que había abierto sólo para
escribir pensamientos alegres y pequeños milagros que había presenciado. Pero en ese momento yo tenía una migraña muy
fuerte y la fibromialgia que padecía estaba aumentando el dolor del resto de
los miembros de mi cuerpo. El dolor era tan fuerte que no había sido capaz de
comer más de unos pocos bocados de desayuno antes de sentir náuseas. En días
como este, no era mucho lo que podía hacer, los dolores eran tan paralizantes.
Incluso el haberme tratado de arreglar y maquillar no había funcionado. Me
sentía realmente mal. De repente me invadió el repentino deseo de escribir. ¿Pero
por qué? ¿Qué podría ser alegre o milagroso en ese momento? Leí lo último que
había escrito, sobre una mañana clara y brillante y una mariposa hermosa que había visto en mi jardín.
Sentía como que había escrito eso años atrás, y no me animó en lo absoluto. A
veces yo sabía cómo encontrar la felicidad en las pequeñas cosas. Pero no
ahora, no en este momento. Escribí, lo más rápido que pude, una descripción del
dolor que sentía, y acerca de lo infeliz que me estaba sintiendo hoy. A esto le
agregué que debíamos mantener una actitud positiva sin importar lo que pasara. Al
escribir estas últimas líneas, dejé escapar un largo suspiro, con la esperanza
de alivio, pero no obtuve ninguno. Tal vez había algo más que tenía que
escribir. ¿Pero qué? La mitad inferior de la página en blanco me gritaba. Pero
no estaba completamente en blanco... En la parte inferior de la pantalla,
parecía que había un poco de texto. Pero ¿por qué, si yo no había escrito nada
allí? Me desplacé hacia abajo y leí: No
temas, porque yo estoy contigo. No te desanimes, porque yo soy tu Dios. Yo te
fortaleceré y te ayudaré. Yo te sostendré…Lo reconocí al instante. Sabía
que estaba en la Biblia. A veces he incluido pequeños versos de la Biblia antes
de empezar a escribir mi diario, pero ese día no había agregado nada, pues era
una página nueva, y no había pegado nada allí. Pero allí estaba, de todos
modos. Las leí una y otra vez. Mis lágrimas corrían por mis mejillas , y poco a
poco, comencé a sentir una inmensa calma. Mi dolor disminuyó. Yo sabía que ese
era el mensaje que necesitaba ver ese día. Ese mensaje era mi milagro. Chaya Hughes
Esta historia nos refleja a ti y a mí, sobre todo en
esos días en los que no encontramos motivos para seguir adelante. Tal vez tu
empresa esté al borde de quebrar, o tu sueldo simplemente no es suficiente. Tal
vez te sientas desorientado por algo que te ocurrió, o confundido. Tal vez te
sientes perdido y no encuentras tu camino. Pero en esta increíble historia
encontramos una respuesta, la de Dios, que nos dice, que a pesar de la
tormenta, aún está la luz del sol esperándonos. Así que no nos demos por
vencidos y sigamos luchando, sólo así encontraremos nuestro milagro. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
Comentarios
Publicar un comentario