Estaba trabajando como reportera En Los Angeles Daily News, cuando empezaron los recortes de personal. Aquel mes de Diciembre se mostraba sombrío, pues yo misma, por órdenes de mi jefe, había despedido a muchos compañeros de trabajo. Una mañana llegué a la oficina consciente de que mi turno había llegado. Mi jefe me llamó a recursos humanos y fui despedida. Recogí mis cosas y pasé por la oficina donde recibíamos el correo. Entonces me entregaron un sobre que venía de Houston, Texas. Era extraño, puesto que yo no conocía a nadie allí. Cuando guardé mis pertenencias de trabajo en el carro estaba tan preocupada. Mi esposo, Alfredo, había sido despedido hacía poco, y con dos niños, el panorama se veía oscuro para nosotros, y pensé: “Dios tienes que ayudarnos, siento que pierdo la esperanza”. Fue entonces cuando recordé el sobre de correo que me había sido enviado, así que procedí a abrirlo, encontrándome con la sorpresa de que había un cheque por diez mil dólares ($ 10000). No lo podía ...