Angeles Por Doquier


En el mundo hay más ángeles de lo que imaginamos. Hay muchos seres bondadosos que siembran amor y crean hermandad. Como Clara Hale, más conocida en Nueva York como Mamá Clara. Esta mujer negra lleva más de 45 años brindando afecto y esperanza a los niñitos negros que nacen con adicción a las drogas. En el hogar que tiene en Harlem, los recibe y los cría hasta que superan esa adicción que heredaron genéticamente de padres adictos. También hay personas entusiastas y serviciales como el niño Albeiro Vargas, hijo de un pobre albañil de Bucaramanga. Preocupado por el abandono de tantos ancianos, este muchachito, con el apoyo de otros amigos y de la buena gente, brinda atención a más de 70 abuelitos de su ciudad. Albeiro hace toda su labor solidaria con una sonrisa en los labios, una gran fe en Dios y una decisión que asombra en un adolescente. En este mundo hay sembradores de esperanza como Ruth Brinker, viuda jubilada de San Francisco, creadora del proyecto Mano Abierta. Es un programa que entrega diariamente cientos de comidas a enfermos de sida en sus propias casas.  José Antonio Abreu Anselmi, venezolano, sembrador de ilusiones, hacedor de sueños y de realidades, es creador y fundador del Sistema Nacional de las Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Hombre fundamental y determinante en el devenir histórico de los últimos 50 años en ese país, se le puede definir con una sola palabra: visionario. Este músico de gran fe, fuertes convicciones y calor humano, ha sabido emprender una tarea que supera el horizonte musical y se inserta en el rescate y formación de la juventud venezolana y las de otros países. Ojalá que estos ejemplos nos animen a asumir, hoy mismo, algún compromiso social.
Ayudar a otros en forma desinteresada es lo único que da significado y felicidad a nuestras vidas. La misericordia, el cariño, la bondad y la consideración, son dones tan escasos hoy en día, y son los que necesitamos urgentemente para mejorar nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestra familia, el lugar donde vivimos y donde trabajamos… Nadie nos está pidiendo que dejemos nuestros trabajos y nos dediquemos de lleno a la labor social. Lo que estas historias nos dicen, es que en todo lugar hay necesidad, y que cualquiera de nosotros, si se dispone, puede ayudar y aportar un granito de arena. Regala un plato de comida a alguien en necesidad, abraza a alguien que esté acongojado, trata de escuchar al desesperado pues a veces eso es suficiente, sonríele a alguien visiblemente estresado. Tú puedes convertirte en un ángel para otro si tan sólo logras identificar su necesidad y tratas de aliviarla. Anímate, pues alguien está esperando por tu ayuda. ¡Que Dios te de un Feliz Día!   Any Aular

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