Un Error Perfecto
Mi abuelo amaba la vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien. Él era carpintero. Un día, él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato en China. Cuando regresaba a su casa, metió la mano en el bolsillo de su camisa para sacar sus lentes, pero no estaban ahí. Así fue, que regresó a la Iglesia, los buscó, pero no los encontró. Entonces se dio cuenta de que los lentes se habían caído dentro de los baúles que ya había cerrado y empacado. ¡Sus nuevos lentes iban camino a China! La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenía 6 hijos. “No es justo” le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa. “Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto”. Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Así que llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia donde asistía mi abuelo en Chicago. Mi abuelo y su familia es