Una Razón Para Seguir
Joaquín Alva era un joven rebosante de salud, hasta aquel fatídico día en el que sufrió un accidente que le cambió la vida para siempre. A partir del momento del accidente, la lucha de este joven fue la de poder sobrevivir. Dos semanas después, cuando salió del hospital, salió muy contento, porque había ganado la batalla. Pero con el paso de los días se dio cuenta de que su vida nunca sería la misma, pues había quedado parapléjico, y ahora su tiempo estaba enfocado en largas jornadas de terapia física. Estaba agradecido por estar vivo, pero con el paso de los meses se percato de que la vida era más difícil estando en una silla de ruedas. Pero Joaquín decidió no aislarse, decidió que su discapacidad no sería un obstáculo para progresar como ser humano, por lo que continuó con sus proyectos e ingresó al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde empezó a estudiar administración. Allí se dio cuenta que los accesos no estaban diseñados con rampas para personas con discapacidad motriz. Así fue como se dedicó a luchar por la construcción de las mismas, y gracias a sus apelaciones en el centro de estudios, Joaquín empezó muy pronto a disfrutar de estas nuevas instalaciones. Luego de esto, este joven formó junto con tres amigos más, la asociación “Paso a Paso”, cuyo objetivo era promover la construcción de rampas en toda la ciudad de México. Varios años después, al salir de un gimnasio, recibió un comunicado del mismo, diciéndole que no podía entrar más porque no tenían instalaciones adecuadas. Al tratar de hablar, ellos le insistieron en que no podían ofrecerle un buen servicio, y que en caso de ser aceptado, no podía asistir a las horas pico. Así fue como Joaquín empezó a informarse de cómo actuar en caso de discriminación. Y en el año 2007, después de presentar una queja ante el Consejo Nacional, dio una entrevista televisada que forzó al gimnasio a negociar con él. El joven propuso que se le diera una disculpa pública, y 30 membrecías para que atletas paralímpicos pudieran entrenarse allí. La propuesta fue aceptada. Hoy día, 15 atletas mexicanos de alto rendimiento con alguna discapacidad, se entrenan en las instalaciones de Sports World, que además han sido modificadas. Joaquín dice: "dejar de sentir y moverse es una experiencia muy difícil, pero gracias a eso, sé que mi misión en la vida es hacer valer los derechos de una comunidad muy marginada. Mi vida tiene sentido".
El joven de esta historia asumió su vida, y decidió seguir adelante y sacar provecho de su condición, es por eso que su vida ahora tiene sentido, y siente felicidad en medio de su discapacidad. La gran pregunta es entonces: ¿Que estamos haciendo? ¿Estamos asumiendo o evadiendo nuestra realidad? Creo que ya es hora de dejar a un lado las quejas y la autocompasión, y enfocarnos en lo que podemos lograr. No mires lo que te falta, y fija tu mirada en lo que tienes. No existen excusas para no triunfar. Así que manos a la obra. Recuerda que Dios bendice a los que no se dan por vencidos. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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