Panyee FC
Pertenezco al equipo juvenil de Fútbol, Panyee FC, en Tailandia, y quiero contarles nuestra historia. Mis amigos y yo vivíamos en una villa flotante al sur de Tailandia. Aquí nos dedicábamos a la pesca. Todos nosotros disfrutábamos mucho de los juegos de fútbol que veíamos en la televisión. Un buen día se nos ocurrió formar nuestro propio equipo, pero todos se reían de nosotros, pues no había ni siquiera un espacio en tierra firme en donde practicar. Más nosotros no nos dimos por vencidos. Entre todos buscamos tablas de madera usadas y construimos un campo de juego flotante. Los clavos sobresalían, la superficie estaba desnivelada, y la cancha no era lo suficientemente grande, por lo que con frecuencia caíamos al agua. Pero nada de eso nos detuvo. Aprendimos a manejar la pelota de tal forma que después de unas semanas ya no teníamos problemas. Tiempo después nos enteramos de un campeonato entre equipos regionales en tierra firme, llamado Copa Pangha, y decidimos ir. Empezamos a ganar con facilidad, pues las condiciones adversas de nuestro campo de juego flotante, nos habían dado más destreza. Así fue como llegamos a la semifinal. Para entonces estaba lloviendo y nuestros zapatos se llenaron de agua y se nos dificultaba manejar la pelota, por lo que en el primer tiempo el otro equipo nos estaba ganando por dos goles, pero entonces decidimos quitarnos los zapatos, y fue como jugar en nuestra cancha flotante, fácilmente igualamos los dos goles, pero en un descuido, al último minuto, el equipo contrario anoto un gol y nos ganaron. Más no estábamos tristes, porque demostramos que éramos competentes con casi todo en contra. Hoy en día hemos ganado casi todos los campeonatos juveniles: 2004, 2005, 2006, 2008, 2009, 2010. En nuestra villa nos construyeron un campo de futbol nuevo y mejorado, y la principal atracción de nuestra aldea es el fútbol. El club que iniciamos es reconocido como uno de los mejores equipos del sur de Tailandia. Todo esto gracias a que nunca nos dimos por vencidos.
Nunca desistamos de un sueño tan solo porque las condiciones no estén dadas. Trabajemos por alcanzar lo que tanto anhelamos y creceremos. Esta historia nos dice que nada es imposible para el que cree y lucha sin desmayar. Las dificultades nos forman como personas, nos hacen más fuertes, nos ayudan a crecer, para enfrentar nuestra vida, nuestro día a día. Recuerda que el triunfo pertenece a quienes no se dan por vencidos. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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