Una Perrita Llamada Faith
Estábamos pasando por problemas económicos, mis tres hijos y yo, y se me hacía difícil encontrar trabajo. Una tarde estaba leyendo el periódico en busca de empleo, cuando mi hijo de 17 años, entró trayendo un perrito tan pequeño que cabía en sus manos. Al cachorrito le faltaban las dos patas delanteras y no emitía sonido alguno, sus cuerdas vocales estaban claramente dañadas. Lo había encontrado en un callejón, donde su madre estaba tratando de ahogarlo, pues claramente todos estaban muriendo de hambre. No creímos que sobreviviría, pero entre todos decidimos cuidarlo. Tratamos de alimentarlo con un gotero pero no quiso. Al día siguiente lo llevamos al veterinario, y nos dijo que difícilmente sobreviviría. Así que tomamos al cachorrito y pedimos a Dios por él. Le pusimos por nombre Faith (Fe), y nos turnamos para tratar de alimentarla. Poco a poco empezó a comer y a crecer, pero no ladraba y solo se arrastraba por la casa. Tratamos de hacer que caminara en sus dos patas traseras, pero no era fácil, mas ella no dejaba de intentarlo. Una mañana, cuando cayó la primera nevada, todos salimos a jugar en el jardín, y de repente vimos a Faith que venía corriendo en sus patas traseras hacia nosotros, para unirse a la algarabía, pero lo más maravilloso fue que empezó a ladrar. No parábamos de saltar de alegría junto a ella, había ocurrido un milagro. Ahora Faith ayuda a pacientes especiales como parte de su terapia. La perrita que no tenía remedio, ahora brinda esperanza a otros, gracias a que nosotros nunca dejamos de creer.
Esta historia es verídica, y nos enseña que nunca debemos dejar de creer en que algo maravilloso va a suceder. Alguien muy bien dijo: “Puede ser que hoy esté lloviendo, pero mañana saldrá el sol”. No nos demos por vencidos, aun cuando el "pronostico general" sea muy malo. Mientras no perdamos la esperanza, Dios se mantendrá a nuestro lado. Sigamos adelante y no desmayemos, no dejemos de intentar. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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