La perseverancia vale oro
Julius Yego, el atleta
autodidacta que aprendió a lanzar la jabalina en internet y ahora es subcampeón
de las Olimpiadas. Su
historia de éxito se la debe a la perseverancia y a la tecnología, pero a una
que está al alcance de millones de personas en todo el mundo: YouTube. Yego
dice: "Mi carrera comenzó cuando era un niño. Lo hacía por diversión ya que era muy bueno lanzando piedras y palos.
Comencé a ser profesional en 2004 y esa fue la primera vez que tomé una
jabalina de verdad”. Cuatro años más tarde, en 2008, la marca personal de Yego
era de 72 metros. En ese momento Andreas Thorkildsen (Noruega) y Tero Pitkämäki
eran las referencias en jabalina, lanzando 91 o 90 metros constantemente. Pero
Julius no se echó atrás. Se dió cuenta de que tenía que encontrar la
manera de mejorar su desempeño. "Tenía
que hacer algo y ver lo que ellos estaban haciendo, los ejercicios en el
gimnasio, la potencia, los ejercicios con las piernas", dijo. Fue
entonces, cuando encontró en la web de videos la información que requería para
avanzar. Y practicando con dichos
videos, llevó su marca hasta 78,34 metros y con ella ganó la
medalla de oro en los Juegos Africanos en 2011. A finales de ese año, se
fue a entrenar a Finlandia. Ya
para entonces era conocido como "El hombre de YouTube". Siguió
progresando y en el Mundial de Pekín se hizo con la medalla de oro gracias a
una marca de 92,72 metros, superior a la alcanzada en las olimpiadas de Río de
Janeiro 2016, por el alemán Thomas Röhler, quien se proclamó campeón olímpico
con un lanzamiento de 90,30 metros, pero también mayor a la de 88,24 metros con
la que Yego se convirtió en éstas olimpiadas en subcampeón olímpico, ganando
así la medalla de plata. Ahora Julius está plenamente convencido de que hay un
Dios que está en los cielos y constantemente nos mira, y favorece a quienes no abandonan
la batalla.
Ésta hermosa
historia, nos dice que el triunfo no se obtiene por los medios con los que
cuentes, o el dinero que tengas. Hay algo más grande, y de mayor valor: LA
PERSEVERANCIA. Con su ejemplo Julius nos dice: ¡No te detengas! ¡No dejes de
intentarlo! ¡Tú puedes! ¡Sigue adelante!, ¡no te compares con otros! Tan sólo
concéntrate en mejorar cada vez más, y cosecharás éxitos y todos aquellos
sueños y proyectos que tienes en tu corazón. Recuerda que Dios bendice a
quienes no se dan por vencidos, Él hizo de la nada todo lo que vemos,
incluyéndonos. ¡Así que ten ánimo y sigue adelante sin temor! ¡Que Dios te dé
un Feliz Día! Any Aular
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