No pierdas de vista tus metas
Cuando miró hacia adelante, Florence Chadwick no vio
nada más que una sólida pared de niebla. Tenía el cuerpo entumecido. Había
nadado durante casi dieciséis horas. Ya era la primera mujer que había
recorrido a nado el canal de la
Mancha en ambas direcciones (en 1950 nadó de Francia a
Inglaterra en 13 horas con 20 minutos, acortando en más de una hora la marca
anterior. Al año siguiente, en 16 horas y 19 minutos, hizo el recorrido
opuesto, que nunca había completado hasta ese momento ninguna nadadora). Ahora,
a los treinta y cuatro años, su meta era ser la primera mujer que nadara de la
isla Catalina a la costa de California. En aquella mañana del 4 de julio de
1952, el mar era como un baño de hielo y la niebla era tan densa que apenas
podía ver los botes de ayuda. Los tiburones se arrojaban sobre su solitaria
figura sólo para ser ahuyentados por disparos de rifles. Ella se debatía contra
la helada temperatura del mar, hora tras hora, mientras millones de personas la
seguían por televisión. A la par de Florence, en uno de los botes, su madre y
su entrenador iban alentándola. Le decían que no faltaba mucho. Pero lo único
que ella veía era la niebla. La instaban a no abandonar. Nunca lo había hecho… hasta
entonces. Cuando le faltaban apenas setecientos metros, pidió que la sacaran.
Varias horas más tarde, calentando todavía su cuerpo helado, le dijo a un
periodista: “Mire, no es que quiera disculparme, pero si hubiera podido ver
tierra lo habría logrado”. No había sido el cansancio, ni siquiera el agua fría
lo que la había derrotado. Había sido la niebla. No podía ver su meta. Un año
después, hizo un nuevo intento. Esta vez, pese a la misma niebla densa, nadó
con su fe intacta y su meta claramente dibujada en su mente. Sabía que en algún
lugar detrás de la niebla había tierra y esta vez lo logró. Florence Chadwick
se convirtió en la primera mujer que cruzaba el Canal Catalina, superando en
dos horas el récord masculino.
Cuán
importante es tener la perseverancia para poder alcanzar nuestras metas.
Debemos tratar de ser constantes al emprender cualquier proyecto. Es necesario
entender que no todo lo que se nos presenta será fácil de conseguir. Siempre habrá
paredes de niebla frente a nosotros, como la niebla del pesimismo y la
depresión, que se interpondrán entre nosotros y nuestro objetivo. Pero nosotros
debemos luchar y mantenernos firmes en lo que creemos y en lo que queremos. Así
que no nos rindamos y caminemos hacia adelante sin desmayar. ¡Que Dios te de un
Feliz Día! Any Aular
Comentarios
Publicar un comentario