Un Encuentro Con Dios En La Playa


Cuando era pequeña mi familia y yo pasábamos nuestras vacaciones de agosto en la playa en New Yersey. Mi hermana Peggy y yo esperábamos con ansia ese mes. Durante unas vacaciones en que salimos a la playa muy emocionados, recuerdo que las olas estaban fuertes. Mi hermana y yo entramos corriendo al agua a jugar y las olas nos alzaban. Estuvimos largo rato allí hasta que Peggy dijo que se salía porque tenía hambre. Yo no quería irme pero sabía que mi papá no me dejaría quedarme sola en el agua. En eso estaba cuando de repente una ola me arrastró. Traté de hablar y me atraganté y ví todo oscuro. De repente estaba sentada en el fondo del mar respirando y mi traje de baño estaba seco, lo cual me pareció muy extraño. No sentía miedo. Entonces ví una luz y una escalera que iba hacia esa luz y pensé que esa era la salida. Me dirigí a la escalera y comencé a subir hasta que llegué a una especie de sala de espera y me senté. De repente ví una luz que salía de una puerta entreabierta y me fui hasta allá pero la luz me cegaba los ojos. Recuerdo que había mucha gente con batas caminando y escuché una voz que me dijo que no entrara porque no era mi tiempo. Entonces sentí un peso en mi estómago y abrí los ojos y estaba en los brazos de mi papá. Papá me llevó hasta la sombrilla y me acostó sobre una toalla y estuve tosiendo. Pasé el resto de la tarde tomando agua y dormitando al lado de mi madre, mi tía, mi abuela y mi padre. Mi hermana estuvo nadando toda la tarde. Cuando el sol se puso mi mamá recogió las toallas y recuerdo que papá me tomó de la mano y me llevó a la orilla de la playa y me dijo que entrara al agua. Yo no me moví. Papá me dijo que por qué tenía miedo, entonces yo le conté con lágrimas en los ojos mi experiencia y le dije que había estado en el cielo. Cuando mi padre escuchó eso me prohibió contar esa historia otra vez. Él no creía en el más allá. Cumplí la promesa. No le conté a mi familia lo que viví, ni a mi esposo, ni a mi mejor amigo, pero no pasó un día en que no lo recordara y es por eso que la comparto hoy.  Marie Cleary Blue Earth.
Existe una vida después de ésta mucho más maravillosa de lo que podamos imaginar. Un lugar lleno de luz y de paz, en donde están muchos de nuestros seres queridos y amigos que ya no están con nosotros. Vivamos en paz y en armonía con los que nos rodean y de seguro un día llegaremos a ese lugar a disfrutar. No perdamos la esperanza creyendo que aquí se termina todo. Dios ha preparado un sitio para todos aquellos que le buscan. Vuélvete a tu Padre Celestial y habla con Él a diario y tu vida nunca terminará. ¡Que Dios te de un Feliz Día!.        Any Aular

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑA, LA PIEDRA Y EL CABALLO

La niña, la piedra y el caballo

EL NIÑO DE LAS MIL COSQUILLAS