GRACIAS DIOS PORQUE PUEDO VER

Esta es la historia de una mujer que estuvo prácticamente ciega durante medio siglo, su nombre es Borghild Dahl, y escribió el libro titulado: Quería Ver (I wanted to See). Ella dice: “Yo solamente tenía un ojo, y ese mi único ojo, estaba tan lleno de sombras que apenas lograba medio ver por una pequeña abertura de su lado izquierdo”. Pero esta mujer no quiso sentirse jamás una derrotada y se propuso este lema: “Ver todo lo que sea posible”. Y aunque para leer tenía que emplear libros de letras muy grandes, y acercar de tal manera las páginas a sus ojos que el papel tocaba los párpados,  obtuvo dos títulos en la Universidad, y llegó a ser profesora de periodismo y de literatura en el Instituto Agustiniano, donde dictó clases por 13 años,  y a la vez dio conferencias acerca de distintos autores en varias universidades. Ella comentaba: “Siempre tuve el temor de quedarme totalmente ciega”. Decía: “Mientras tenga un poquito de visión trataré de ver todo lo bueno que me sea posible, y de vivir lo más alegremente que pueda”. Y cuando tenía 53 años la llevaron a la famosísima Clínica de Mayo, y allí le hicieron una operación en los ojos y empezó a ver cuarenta veces mejor. Ella dice: “Ahora disfruto de lo que me rodea, incluso de las burbujas de jabón que se forman en el fregadero. Cuando voy a mi finca, abro las ventanas de mi habitación y me deleito viendo el paisaje. Me gustan las noches luminosas, y las estrellas, y el color de las flores que se abren por las mañanas… Me lleno de emoción y digo alegremente: ¡Oh Dios, Padre Nuestro, te doy gracias porque puedo ver! ¡Bendito seas! ¡Gracias, Gracias, Gracias!
Nada es imposible si se intenta una y otra vez. Toma en cuenta los talentos que Dios te ha dado y vive, construye tu vida. Deja la queja y la inconformidad. Deja de compararte con los demás, recuerda que somos únicos e irrepetibles. Todos tenemos un camino que recorrer, batallas que ganar, tierras que conquistar y personas a quienes amar. Concéntrate en lo que tienes a tu favor y trabájalo, desarróllalo. Usa el ojo que aún te queda y disfruta de la vida que Dios te ha dado. Decídete y se feliz. ¡Que Dios te de un Feliz Día!     Any Aular

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