Sigue Corriendo


La vida nos da enseñanzas a cada momento. Mi más reciente lección la recibí animando a una alumna de 12 años de edad. Dos veces al año, mis alumnos tienen que realizar una serie de pruebas físicas. Si alcanzan determinado nivel en estas, son ganadores de un premio que se les entrega en la ceremonia de fin de año. Yo siempre les exijo mucho a mis alumnos. Para ganar la prueba de la milla, las niñas de esta edad deben correr 1,600m en menos de 11 minutos. Cuando llego el día de la prueba, desde la segunda vuelta a la pista, una niña al pasar por la meta se quejaba del cansancio y me pidió que la dejara parar porque "no podía más". Así en cada vuelta seguía quejándose ya sea con lagrimas en los ojos, con quejas o con suplicas cada vez más intensas – pero yo le respondía que lo podía lograr. Al faltarle una vuelta, podía escucharla y también ver sus lágrimas. Estuve tentado de acompañarla en la autocompasión, pero yo conocía a esta niña y estaba seguro que lo podía lograr. Le di entonces unas últimas palabras de aliento. Le faltaban 70m para terminar y a pesar de su sufrimiento, encontró fuerzas para acelerar y terminar no solo con lágrimas en sus ojos, sino con un tiempo de 10.48 minutos. Durante el recorrido nunca se detuvo para caminar, ni siquiera por un instante. Al terminar y después de haber recuperado su aliento, con una sonrisa me dijo con un tono de voz que denotaba inmensa alegría y satisfacción que "nunca había corrido tan rápido".
Todos y cada uno de nosotros nacimos con dones y talentos que nos completan como personas y nos ayudan a ser felices. Tan sólo debemos luchar e intentar una y otra vez ser mejores. Nosotros, los seres humanos en general, tenemos nuestros “valles” y nuestras “cimas”, pero lo más importante, en cada paso del camino, es nunca dejar de luchar, de intentar. Recuerda que Dios hizo las cerraduras pero también hizo las llaves. La llave de tu felicidad está en tu perseverancia y en tu optimismo y en una actitud positiva y llena de ánimo. Vamos continúa, no te detengas: “…Estás en la última vuelta”. ¡Que Dios te de un Feliz Día!     Any Aular

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