Cuenta la historia que en un día de primavera todos los animalitos del bosque se preparaban para una gran fiesta. Todos estaban invitados y querían ponerse muy lindos. Pero Bella la mariposa se creía muy superior a los demás. Pensaba que en el baile no encontraría a alguien  que fuese tan hermoso como ella, y tan inteligente. Todos los animalitos se prepararon, con adornos de flores, ramitas, sombreritos y muchos colores. Bella, la mariposa, pensaba que no se iba a poner nada porque ya era muy linda. El gran salón estaba decorado con hermosas luces, guirnaldas de flores y un gran espejo que era el centro de la fiesta. Todos bailaban contentos y se divertían. Bella encontró alguien precioso, tan precioso como ella… pero que no hablaba, no pensaba, solo sonreía si ella lo hacía, y le saludaba cuando ella también lo hacía. Los animalitos comenzaron a reírse de Bella, pero ella no les hizo caso y siguió encantada con ese ser fascinante. Fueron pasando las horas y todos encontraron pareja y se iban a sus casas muy contentos. Y cuando ya no había nadie en el salón, Bella desesperada se dio cuenta de que el ser fascinante que había estado con ella toda la noche, era su propio reflejo en el gran espejo del salón. Bella se dio cuenta que había estado toda la noche sola, mirándose en el espejo y entonces reflexionó… Era muy hermosa pero por ser tan engreída ya se había quedado sola. Entonces las plantitas y los animalitos del bosque se condolieron de ella, y juntos la rodearon y le ofrecieron su amistad. Entonces Bella comprendió que la verdadera belleza se esconde en el corazón.
Esta historia nos habla de que la verdadera belleza se esconde en cada uno de nosotros, en nuestros corazones. A menudo nos confundimos pensando solo en nosotros mismos, y en lo que queremos. No confundamos riqueza con dinero, ni abrazos con amor. Tratemos de cambiar el mundo repartiendo amor, consideración, respeto y bondad. Apartemos nuestra mirada del espejo que nos lleva a pensar solo en nosotros mismos, y en lo queremos. Unámonos con quienes nos rodean, y hagamos un gran circulo de verdadera amistad, en el cual expresemos la consideración y la ayuda a quien necesita. Pensemos menos en nosotros mismos, y busquemos pensar más en quien verdaderamente necesita ayuda. El mundo necesita personas que hablen menos y hagan más. Recuerda: Es mejor servir que ser servido, pues en la entrega se esconde la verdadera felicidad. ¡Que Dios te de un Feliz Día!      Any Aular

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑA, LA PIEDRA Y EL CABALLO

La niña, la piedra y el caballo

EL NIÑO DE LAS MIL COSQUILLAS