EL HIJO DEL REY
Hubo una vez un reino hermoso. Lo gobernaba un rey que era muy gentil y
considerado con su pueblo. Pero el rey tenía que hacer un viaje muy largo. Así
fue que él les dijo a los moradores de su reino, que tenía que hacer un viaje a
un lejano país, y que como no sabía cuando regresaría, había cambiado a su hijo
pequeñito por uno de una de las familias del pueblo, sin que ellos lo notaran.
Pero el rey no especifico en cual familia. Así fue que el rey partió. Y todos
en el pueblo tenían la gran interrogante: ¿Cual de los niños será el hijo del
rey? Así que como no sabían cuál era, empezaron a tratar a todos los niños con dulzura,
amor, y consideración, y a enseñarles buenos modales y principios. Debido al
buen trato que les prodigaban, aquel reino fue fortaleciéndose y prosperando,
creciendo en armonía y en paz. Así pasaron 30 años, y aquellos niños se
transformaron en hombres y mujeres de bien. Al cabo de ese tiempo el rey
regresó, y encontró a su país totalmente cambiado. Ahora su reino había
prosperado mucho y sus moradores se trataban con mucha consideración y respeto.
Todos habían cambiado y se habían transformado en mejores personas. Un joven,
que era niño en la época en la cual el
rey se había ido de viaje, se acercó al
monarca y le preguntó: "¿Su Majestad, quien de nosotros es su hijo?".
A lo que el rey respondió:"Todos
son mis hijos".
Ésta historia nos habla del poder
del amor. El amor cambia las cosas, porque Dios es amor. Una palabra amable, un gesto de amistad, pueden cambiarle
la vida a alguien. Tratemos a los demás de la forma en la que nos gustaría que
nos traten. Hagamos siempre el bien. Seamos considerados, amables y
agradecidos. Todos somos iguales, nadie es más grande que otro sólo porque tenga
más dinero o más títulos o más posesiones. En la medida que entendamos
esto y tratemos a quienes nos rodean con respeto, el ambiente cambiará, y será
mayor la disposición de cada persona para trabajar en pro de la sociedad en la
que vive. Hagamos el bien y recordemos que nos necesitamos unos a otros para
progresar y crecer. Fuimos creados para vivir en familia, actuemos como tal.
¡Que Dios te de un Feliz Día!
Any Aular
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