MI PRIMERA NAVIDAD

Me llamo Felipe y cuando era un niño, vivíamos en extrema pobreza. Cuando salía a recorrer las calles en Diciembre, buscando dinero para mi familia, recuerdo que todos andaban muy afanados comprando cosas. Un día me paré a observar a un hombre que compraba una bicicleta y estaba muy emocionado, y pensé: ¡Como deseaba que esa bicicleta fuera para mí! El hombre pasó cerca de mí con el regalo. ¡Cuidado! -me dijo-. Yo no podía quitar los ojos de tan linda bicicleta y le pregunté: -¿es para su hijo?-, él me contestó: -si, es su regalo de navidad-.Volví a preguntarle: -¿Qué es la navidad señor?-. Sorprendido, el hombre me dijo: -Es el día en que celebramos el nacimiento del Hijo de Dios,  y Él le trae regalo a los niños-. -Oh, ya entendí, ¿pero eso es solo para los niños ricos verdad señor? Me miró con lágrimas en los ojos y me dijo:- En realidad hijo, es para niños tan especiales como tu, ¡Feliz Navidad!-. Y diciendo esto me la entregó. Con asombro exclamé: -¿para mí señor?-. -Si- me contestó, -el Hijo de Dios te envía este regalo-. No me salieron las palabras para poderle agradecer. Esa fue mi primera navidad. Fue la primera vez en mi vida que sentí el amor de Dios. Hoy en día soy un hombre avanzado en edad, y celebro la navidad entre los menos afortunados del mundo, enseñándoles que la navidad es de todos. Esta es la época de mostrar el amor de Dios a quienes carecen de bienes materiales, porque dar el regalo a ellos, es dar el regalo al Hijo de Dios, el verdadero cumpleañero, nuestra verdadera razón para celebrar.
Qué hermoso es poder sentir el amor de una manera tan extraordinaria, como la sintió el hombre de la historia. Poder compartir en familia una alegría, es celebrar la Navidad. Poder brindar felicidad, es llevar la Navidad a alguien más. Alegrarle el día a los demás, es brindar Navidad. Anímate hoy, y deja tus problemas a un lado, porque puede que tu sonrisa, sea la única Navidad  que alguien vea en todo un día, o durante toda su vida. Esforcémonos, no sólo  por  hacer que éstas fechas sean especiales, sino también por conseguir que cada día pueda ser Navidad para alguien más. Tú  puedes lograr que la vida de una persona cambie para siempre. Tan sólo dejémonos mover por el amor, la consideración y la misericordia. La Navidad está en nuestros corazones,  cuando  permitimos que el Hijo de Dios nazca y se manifieste a través  de nosotros, en forma  de bondad, alegría y paz. Que la Navidad permanezca  en nuestros  corazones  hoy y siempre. ¡Que Dios nos dé a todos un Feliz Día y una Feliz Navidad!       Any Aular

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