La Música No Se Ha Terminado

Ésta es la historia de Ethan Och, un jovencito que ha inspirado a su familia, maestros, amigos, compañeros de estudio, y muy especialmente, a los compañeros de la banda musical a la que pertenece. Debido a una enfermedad llamada atrofia muscular espinal que ha sufrido desde hace mucho tiempo, el cuerpo de Ethan se fue debilitando, y un día, él supo que había llegado el momento de renunciar a una de las cosas que más amaba de la escuela a la que asistía. Ethan pertenece a la banda musical de la secundaria y su responsabilidad en ella son los instrumentos de percusión. Esta banda es la que anima a los miembros de los equipos de deporte de la escuela y además participa en todos los desfiles. Él dice que cada vez que tocaba en las prácticas, se iba atrasando más y  más en el ritmo, y quedaba muy atrás del resto del grupo, simplemente ya estorbaba en la ejecución de las piezas. Así que llegó el día, y reuniendo todo el valor que poseía y con una enorme desilusión, se dirigió a la oficina de la señorita Gina Christopherson, directora de la agrupación. Con su corazón hecho pedazos, le dijo: “De verdad, lamento muchísimo tener que hacer esto, pero debo renunciar al grupo, debo renunciar a la música, ya no puedo hacerlo bien”. Esta buena maestra decía siempre que ella no cree, ni acepta las palabras: “No puedo”, por lo que no se dio por vencida con Ethan. Ella cuenta como un día lo vio jugando y manejando su teléfono inteligente, y se quedó sorprendida de la agilidad que tenía, accionando todas las funciones. Así que ella entonces tomó uno de estos teléfonos, y descargó aproximadamente 72 aplicaciones musicales, que simulaban los sonidos de los instrumentos de percusión que Ethan siempre había ejecutado. Y así fue como llegó la idea y la solución a la mente de la profesora. Ahora Ethan continúa en la banda, usando estas aplicaciones, que contienen los diferentes sonidos de percusión. Se le hace muy fácil usarlo, pues realmente tiene un oído rítmico y musical muy afinados, y con un adaptador que se ajusta perfectamente al equipo de sonido del grupo, en cada una de las presentaciones, ejecuta ritmos que antes no podía debido a sus limitaciones. Gracias a la fe, la esperanza y el espíritu de lucha de su maestra, Ethan aprendió a no dudar más de sí mismo, ahora, en su mente, todo es posible.
Ésta historia es inspiradora, y nos dice, a ti y a mí, que no importa cuán inmenso sea el problema por el cual estás atravesando en este momento, aún eres parte del  mundo que te rodea, y te falta mucho por hacer. Dejemos de escuchar las voces de aquellos que pronostican nuestra derrota, y enfoquémonos en la manera en que podemos seguir dentro de la carrera. Atrévete a creer y deja el pesimismo a un lado. Aún puedes ser parte de la vida y marcar la diferencia. Con un cambio de actitud, aún eres capaz de dejar una huella que puede cambiar y llenar de inspiración a los demás. Adelante, la música no se ha terminado. ¡Que Dios te de un Feliz Día!        Any Aular

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