Sennadius y el Ángel
En
una de sus muchas cartas, San Agustín nos cuenta una maravillosa historia. Es
sobre un médico llamado Sennadius. Éste médico creía y enseñaba, que como el
hombre era de carne, entonces no existía una vida después de morir. Nadie osaba
discutir con este eminente doctor, científico y estudioso, quien era
considerado la mayor autoridad de la medicina y de otras ciencias para su
época. Poco tiempo después de aquella declaración, una noche en la que
Sennadius dormía, un ángel se le apareció en sueños. En aquel sueño, el ángel
lo paseó por toda la ciudad y lo llevó a las afueras de la misma. Allí, de
pronto, el doctor comenzó a oír una extraordinaria música celestial. Era lo más
hermoso que había escuchado en toda su vida. Entonces preguntó: “Pero, ¿de dónde
viene semejante maravilla? ¿Quienes están cantando?”; a lo que el ángel
respondió: “Lo que usted escucha, es un coro de Ángeles Celestiales”. Cuando
Sennadius despertó, se quedó pensando por largo rato en su sueño, pero no
lograba asimilarlo, debido a su razonamiento. “¿Cómo podría ser esto posible,
si no tiene explicación científica?”. Por lo que el científico decidió desechar
aquel sueño. Después de todo, él era un hombre de ciencia, un intelectual.
“¿Qué tienen que ver los sueños con la realidad?”. Así, pues, decidió ignorarlo
todo. Unas noches después, el ángel volvió a aparecer en sueños a Sennadius.
Entonces el ángel preguntó: “Dime Sennadius, cuando escuchaste aquella hermosa
música celestial, ¿lo hiciste cuando estando despierto o dormido?”. Sennadius
respondió que estaba dormido. "¿Eso quiere decir que no escuchó la música
con los sentidos corporales?" el
ángel señaló. El gran médico estuvo de acuerdo. "Por lo tanto, cuando el cuerpo duerme, hay una parte
de nosotros que está y sigue despierta. Y cuando el cuerpo muere, hay una parte
de todos nosotros que sigue viva. Piense en estas cosas Sennadius, y su vida
cambiará para siempre”, y dicho esto, el ángel desapareció, y el médico
despertó abrumado y completamente cambiado. Desde ese día cambió su punto de
vista sobre los hombres, y sobre Dios. Tomado de Las Cartas de San Agustín
No importa cuánto lo queramos ignorar, e incluso explicar de una manera científica. No importa de cuántas maneras lo demuestren los científicos en sus estudios, la vida después de esta vida sí existe. Muchos de nosotros que, por circunstancias difíciles de salud, hemos llegado a ese hermoso lugar y hemos regresado, podemos contarlo. Lo que hacemos aquí cuenta, y sobre todo determina la clase de vida que tendremos, el día que nos toque partir de esta tierra. Cuidemos nuestras acciones, amemos sin fronteras, ni límites, no guardemos rencor, pues eso mata, y sólo hace daño a quien lo siente. Dejemos fluir la bondad de Dios a través de nosotros, brindemos un poquito de felicidad a alguien cada día, y nuestras vidas serán maravillosas aquí en la tierra, y allá en los cielos. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
No importa cuánto lo queramos ignorar, e incluso explicar de una manera científica. No importa de cuántas maneras lo demuestren los científicos en sus estudios, la vida después de esta vida sí existe. Muchos de nosotros que, por circunstancias difíciles de salud, hemos llegado a ese hermoso lugar y hemos regresado, podemos contarlo. Lo que hacemos aquí cuenta, y sobre todo determina la clase de vida que tendremos, el día que nos toque partir de esta tierra. Cuidemos nuestras acciones, amemos sin fronteras, ni límites, no guardemos rencor, pues eso mata, y sólo hace daño a quien lo siente. Dejemos fluir la bondad de Dios a través de nosotros, brindemos un poquito de felicidad a alguien cada día, y nuestras vidas serán maravillosas aquí en la tierra, y allá en los cielos. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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