Si se puede
Adam
Zimmerman, un dulce niño que estudiaba primaria, sufría de dislexia, lo cual le
dificultaba su capacidad de aprender. Algunas maestras no tenían la debida
paciencia, y eran muy crueles con el pequeño. “Eres muy torpe. Nunca llegarás
al bachillerato”, le dijo una maestra de primaria al niño de 7 años. En efecto,
el chico reprobó, y tuvo que repetir el año, lo cual representó un duro golpe
para él. El ver que sus amigos siguieran adelante sin él lo hizo sentirse
humillado, triste y depresivo. Pero el tajante comentario de su maestra, le
cambió la vida para siempre: el niño que padecía dislexia se transformó en una
persona decidida a triunfar, cuando su madre, al verlo tan mal, vino en su
rescate con unas palabras que le cambiaron la vida. Ella le dijo: “No porque
alguien afirme algo significa que debas creerle”, y continuó: “Ve y demuestra
que se equivoca. No pienses en tu discapacidad, sino en cómo superarla”. Adam
no solo terminó el bachillerato, sino que, con sólo una estatura de 1.72
metros, se convirtió en un excelente jugador de dos deportes para los que parecía
ser demasiado bajo: basquetbol y voleibol. En ambos obtuvo varios premios como
el jugador más valioso. Pero eso no le bastaba para conseguir una beca
universitaria completa. Así que decidió entrar en una escuela que apoyara sus
aspiraciones deportivas, y se concentró en cómo mejorar su juego. Allí, una vez
más, un entrenador le aseguró que nunca llegaría a jugar basquetbol en un
equipo de primera división, en su segundo año fue transferido a la Universidad
Marshall, en Virginia Occidental. Estando allí, practicó con mucho esfuerzo y
ahínco. Trabajó duro, y al año siguiente entró al equipo titular como jugador
suplente. En Mayo del año 2006 “aquel niño dulce, a quienes muchos no le veían
futuro”, se tituló en mercadotecnia y administración deportiva. Al recordar a
su maestra de primaria, Adam comenta: “Le agradezco por haberme dicho eso. Es
increíble cómo las palabras de los demás pueden impulsarnos a ser mejores de lo que ellos, e inclusive
nosotros mismos, creemos posible”.
Muchos
de nosotros hemos experimentado el menosprecio, por parte de otros que creen pueden
decretar malos pronósticos para nuestras vidas. Pero también es cierto que hay
muchos de nosotros que escuchamos estas voces, les creemos, y nos derrumbamos.
Pero esta historia tan hermosa nos enseña que sólo existe uno con la autoridad
suficiente para hablar de nuestro futuro: DIOS. Él nos dice que el usa al más
débil para avergonzar al más fuerte, y usa al más pequeño para avergonzar al
más grande. Lo que esto significa es que para Dios no existen límites. Acude a
Él y te dirá: Sigue adelante, no desmayes, aunque la lluvia no haya llegado y
la tierra esté seca sigue sembrando, porque yo soy quien da el crecimiento. No
hay nada imposible para ti y para mí si acudimos a Dios. No te des por vencido,
pues una actitud positiva es la que Dios necesita para bendecirnos. ¡Que Dios
te de un Feliz Día! Any Aular
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