Nunca digas no puedo

Jennifer Bricker nació en un hospital en Rumania,  en el que fue abandonada por  sus padres biológicos porque nació sin piernas. Afortunadamente, Gerald y Sharon Bricker, originarios de Estados Unidos, adoptaron a Jennifer y la criaron en un pequeño pueblo de Illinois. Jennifer tuvo que enfrentar desafíos únicos mientras crecía, pero sus padres le enseñaron que el no puedo no existe. Los Brickers decidieron criar a Jennifer tal y como lo hicieron con sus demás hijos sanos y la animaron a seguir sus sueños. Ellos la enseñaron a no rendirse jamás. La norma que tenían era: “Nunca digas: No puedo”. Jennifer decidió incorporarse a los deportes en los primeros años de su vida: como el voleibol y la gimnasia; esta última, la llevó a participar en las olimpiadas juveniles de los Estados Unidos. Desde su infancia comenzó a seguir los pasos de la gimnasta olímpica, Dominique Moceanu, a quien admiraba como modelo a imitar. Gracias al gran amor de sus padres y su aceptación,  nunca sintió su discapacidad como algo que la limitara.  En lugar de eso, ella practicó voleibol, softbol, e incluso el baloncesto. Pero desde el principio su corazón se inclinó por la gimnasia. Desde pequeña le encantaba dar volteretas en el trampolín con su padre. La familia la puso a participar en Tumbling (Disciplina que pertenece a la gimnasia de trampolín) y ganó títulos estadales, también compitió en los Juegos Olímpicos Juveniles. Siempre dijo que no se sentía discapacitada. Sin embargo, había algo que faltaba en su vida. Por eso, cuando cumplió 16 años les pidió a sus padres adoptivos que le contaran la verdad sobre su pasado. En ese momento, le revelaron que ella y la gimnasta a la que  idolatraba compartían el mismo apellido: “Moceanu”. Esa fue la primera pista. Jennifer comenzó una serie de indagaciones que determinaron que, efectivamente, Dominique Moceanu era su hermana biológica.  Jennifer se acercó a Dominique y le contó todo. Así comenzaron una relación que se mantiene hasta el día hoy. En 2012 se hizo conocida su historia gracias a la publicación de un libro escrito por Dominique Moceanu. Al enfrentarse a sus padres, la madre de Moceanu, Camelia, dijo que su marido, Dmitry, la obligó a renunciar a la bebé. Más tarde Moceanu y su padre se reconciliaron poco antes de su boda en 2006. En la actualidad, las hermanas tienen un estrecho vínculo y continúan impresionadas con sus similitudes. Jennifer Bricker es un acróbata profesional, e incluso ha viajado con Brittney Spears. Actualmente vive en California.
Es increíble el poder que tienen las palabras, y nuestra mente, sobre nuestra persona, nuestro futuro. Eres lo que crees, ni más ni menos. Apartemos de nuestro vocabulario y nuestro corazón las afirmaciones negativas, o que tienden a reducir nuestra autoestima. Fuimos creados por un Dios que nos adornó a cada uno con virtudes. Enfoquemos nuestra mirada en todo aquello que somos capaces de hacer, y seremos felices. No te menosprecies, ni permitas que alguien te haga sentir pequeño y sin posibilidades. Fuimos creados especiales y diferentes los unos de los otros, llenos de virtudes y capacidades. Así que adelante y no pierdas el ánimo. ¡Que Dios te de un Feliz Día!               Any Aular

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