La tormenta lo salvó

Estaba saliendo del trabajo, cuando las nubes que anunciaban una tormenta comenzaron a cubrir el cielo, tapando el sol por completo. En el momento en el que llegué a casa, comenzaron a caer las primeras gotas, muy grandes, hasta que de repente se volvió un torrente de agua cayendo del cielo. Los truenos empezaron a ser más continuos  y la lluvia mucho más copiosa. EI viento sacudía con tanta fuerza las ventanas que estaba segura de que muchas líneas de alta tensión iban a caer en todas las partes de la ciudad, como solía suceder. Otro rayo rasgó el cielo. Me estremecí y pensé en mis hijos, mis dos hijos mayores. Sabía que uno de ellos estaba en su oficina del trabajo por ahora, pero ¿qué estaría pasando con el otro? Roger era un director de museo que trabajaba durante  horas irregulares, sin horario fijo, y a menudo se quedaba hasta tarde. “Ojala llegara a casa antes del diluvio”, pensé. Otro rayo iluminó el cielo haciendo crecer mis temores. Comencé a pedir a Dios, que por favor mantuviera a mi hijo a salvo durante esta tormenta, y encomendé su vida a Él. La tormenta hizo retumbar nuestra casa durante toda la cena, mientras mi esposo y yo comíamos. Viendo a través de la ventana, traté de no pensar en los peligros que todo esto significaba: la poca visibilidad, calles resbaladizas y, lo peor de todo, esos relámpagos. Al momento que terminamos de comer, sonó el teléfono. Era Roger."Mamá", dijo, "No vas a creer lo que acaba de ocurrir"."¿Qué?" Dije llorando, por temor a que estuviera herido. Entonces me contó:"Había estado lloviendo durante mucho tiempo al momento que me tocó salir del trabajo", dijo," Así que pensé en usar la puerta trasera del edificio, ya que estaba más cerca de donde estaba estacionada mi camioneta. Era tan oscuro que apenas podía ver mi carro, pero vi que había un gran charco justo en frente de la puerta de atrás. Dudé, tratando de averiguar la cantidad de pasos que me llevaría atravesarlo. Parecía que iba a terminar completamente mojado. Estaba a punto de saltar, cuando varios relámpagos iluminaron aquel charco enorme. Fue entonces cuando vi que había una línea de alta tensión caída, exactamente el charco. Si no hubiera sido por esos rayos, en este momento estaría muerto. ¡Así que tomé la puerta principal para salir del lugar, por donde no había peligro! “Casi no lo podía creer. Le había pedido  a Dios que protegiera a Roger de la tormenta, pero Él había usado la tormenta para proteger a Roger. Elna Lidman.
Cuántas veces no nos hemos quejado por las “tormentas” que estamos atravesando, por nuestros problemas financieros, o familiares, por los problemas de nuestro país, del mundo que nos rodea, por los malentendidos en la oficina, por el salario, y por todo aquello que creemos es necesario para sentirnos bien. Nos quejamos por los negocios que se nos vienen abajo o por la falta de un empleo. Pero al igual que en esta historia, Dios está usando nuestras adversidades para protegernos, resguardarnos, ayudarnos, hacernos crecer y salir adelante. Así que de ahora en adelante dejemos la queja y demos gracias a Dios por lo que estamos viviendo, pues Dios no nos abandona, confiemos en que todo está obrando a nuestro favor. ¡Ánimo y Adelante! ¡Que Dios te de un Feliz Día!   Any Aular

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