Amor en Roma
Visitar Roma y encontrar el amor allí, fue un sueño
mío, desde muy joven. Mis amigas y yo planeamos una gira de tres semanas por
Europa, pero unos días antes me fracturé el brazo. Pasó un año y comprendí
que no necesitaba estar en Roma para encontrar el verdadero amor. Sabía
exactamente lo que buscaba en un marido: un hombre amable, espiritual, que
nunca hubiera estado casado, y cuyo trabajo implicara ayudar a otros -un
maestro-, por ejemplo. Esa primavera llamé a Marion, una vieja amiga con la que
no había hablado en años. Se alegró de escucharme y me invitó para una
convención en Roma. Así que terminé haciendo el viaje de mis sueños un año
después. Un par de días más tarde, apareció Carlos. Era un profesor que
viajaba con algunos amigos de su pueblo. Nunca había estado casado y era muy
espiritual. ¡Exactamente lo que quería! Me invitó a una excursión de dos
días a Florencia. Todo parecía perfecto, pero cuando hablé con el coordinador
de viaje, me dijo que no había lugar, pero que podía esperar por una
cancelación. Me entristecí. El me dijo -Me llamo David. Te haré saber si
se abre un espacio-Al rato, regresó con buenas noticias. "Tuvimos
una cancelación", dijo. Al entrar al autobús, pregunté dónde estaba Carlos.
David miró su lista y dijo: -Parece que fue él quien canceló-. Que mal y
decepcionada me sentía. Simplemente estaba confundida. David se acercó y preguntó
si podía sentarse a mi lado. Todos los demás asientos estaban llenos. Así que
supuse que la pasaría con él durante todo el viaje. Increíblemente, él
también era un profesor. Profundamente espiritual. Descubrí, que era muy dulce
y considerado, y que nunca había estado casado. Después del viaje, volvimos a
Roma y visitamos una pequeña capilla. Mientras los dos caminábamos por el
pasillo, sentimos que era una promesa de lo que vendría. El año pasado
celebramos nuestro cuadragésimo aniversario de boda. Ahora sé que Dios se ocupa
por completo de nuestra felicidad.
Dios maneja nuestros pasos, nuestros planes y nuestros
tiempos. Es muy común que a veces creamos que vamos por el camino correcto.
Pero a veces experimentamos enormes giros que nos entristecen y confunden.
Creemos, entonces, que todo se ha arruinado. Más no nos percatamos de que es Dios
guiándonos a nuestra verdadera felicidad. Tal vez suframos decepciones en el
proceso, pero no te desanimes, ni te des por vencido. Confía tu
vida en Sus manos y los resultados te sorprenderán. ¡Que Dios te regale
momentos inolvidables junto a todos aquellos que amas! ¡Feliz día del Amor y la
Amistad!
Any Aular
Comentarios
Publicar un comentario