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Mostrando entradas de 2014

Juntos en Navidad

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La  Navidad solía ser la época más emocionante para mí. Siempre organizaba una gran cena, adornaba mi casa tan bien como podía y organizaba diferentes actividades para la cena de navidad. Pero todo cambió el año en que perdí a mis padres y a mi suegro. Aquella navidad fue muy triste,  a pesar de tener todo organizado como siempre. Recuerdo que esa noche me prometí a mi misma que la próxima celebración sería mucho mejor. Al año siguiente, comenzando Diciembre, di a luz a mi tercer bebe, mi primera niña. Así que creí que en verdad aquella iba a ser la más maravillosa navidad, con un nuevo bebé en casa. Pero de repente enfermé, la herida de la cesárea se infectó,  y fui trasladada a la clínica,  en donde me colocaron en el área de aislamiento para enfermedades infecciosas. No podía estar en contacto con nadie. Fue terrible y me sentí devastada. Incluso no podía ver a mi esposo, pues el debía cuidar de los niños en casa. En medio del dolor físico y la tristeza por estar aislada,  me di

Tres Ángeles Leñadores

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Corría el año de 1960. Mi esposa y yo, ambos con 18 años, ya teníamos un bebe. Había recibido un entrenamiento especial en el ejército, y justo para la época de Navidad,  me pidieron que me trasladara a otra ciudad. Así que mi esposa y yo empacamos todo, y lo colocamos  en un remolque que enganchamos a la camioneta, y empezamos el recorrido. Cuando salíamos de California, empezó a nevar, lo cual no es muy común por allí, y el cielo se oscureció. De repente la ventisca se hizo más fuerte y la nieve más abundante, de tal manera que se nos hacía cada vez más difícil avanzar. Así que mi esposa buscó en el mapa y encontró un sendero por la montaña por el cual nos ahorraríamos mucho tiempo. Pero las cosas no mejoraron. La nevada arreció de tal forma que las ruedas del carro comenzaron a deslizarse. De repente perdí el control, y los frenos no respondían. Mi esposa sujetó al bebé mientras ambos rogamos a Dios que nos ayudara. Finalmente el carro se detuvo y yo salí para revisar la condici

Tiempo de Reconciliación

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Cuando vivíamos en México, mi hija de 16 años, se enamoró de un joven de 18, que no estudiaba ni trabajaba. Él le pidió que se fueran a Texas, en los Estados Unidos, donde él aseguraba tener una casa y el dinero de la herencia familiar, prometiéndole que se casarían tan pronto encontraran la manera de hacerlo. No quiso escucharnos y se marchó. Quedamos devastados. Al llegar allá descubrió que no había casa, ni herencia, ni el matrimonio prometido. Por los siguientes dos años, vivieron en el viejo auto de su novio. Ella aprendió a mendigar y a robar para poder comer. Solo trabajaba ocasionalmente. Una navidad ella descubrió que estaba embarazada. Ese mismo día, encontraron un refugio donde ofrecían la cena de Navidad. Mientras comían ella le dio la noticia a su novio. El sólo la miró por un rato y se levantó para ir al baño. Viendo que tardaba mucho, ella  lo buscó por todas partes, y descubrió que la había abandonado, dejándola sin papeles, sin sus pertenencias y con la terrible sen

El Corazón de un Niño

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Justin Thran, residente de Nevada, ha regalado más dinero que todo el que jamás haya tenido en sus manos cualesquiera de sus amigos. Ha hecho donaciones al Banco de Alimentos del Norte de Nevada desde 1994.     Cuando cursaba el quinto grado de primaria y escribió una composición para pedirle a Dios que le concediera un deseo. ¿Qué pedirían la mayoría de los niños de su edad? ¿Una bicicleta? ¿Un viaje a Disneylandia? “Pedí que nadie pasara hambre”, cuenta Justin, “y mi deseo se cumplió. Mi papá y yo donamos 100 dólares en comida al banco de alimentos”. Desde entonces se sintió muy motivado a dar. Pero su padre, Bob, dice que la generosidad del chico se manifestó mucho antes: “Un día, poco antes de la Navidad , cuando Justin tenía cinco años, pasamos en el coche junto a un cementerio. Le dije que estaban sepultando a una persona: a un hombre que había muerto de un infarto y dejado cuatro hijos huérfanos”. -¿Y qué va a hacer esa familia en Navidad? –preguntó el niño. Bob le dijo

El Collar Turquesa

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Las buenas historias  duermen a los niños y despiertan a los sabios… Un hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una pequeña niña de 8 años llegó a la tienda y apretó su pequeña nariz contra el vidrio de la vitrina. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de turquesa azul. - Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al hombre del mostrador. El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó: - ¿Cuánto dinero tienes? Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz: - ¿Eso da? Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo. - Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre,  cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy convencida que estará feliz con este collar que es del color de sus o

Algo Que Agradecer

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Este año la Navidad iba a ser tan diferente para nosotros. Me sentía triste y desanimada, mi madre estaba en el Hospital y no estaba mejorando, y nuestros dos hijos estaban viviendo en otro estado, muy lejos de nosotros, por lo que se les hacía imposible viajar para esa fecha. Solo estaríamos mi esposo y yo para compartir la cena de Navidad, así que no sentía deseos de hacer ninguna comida especial. Mientras estaba en el supermercado, pensando en todo esto, me sentía miserable, sentía que no tenía nada que agradecer este año, nada que celebrar. Cuando estaba en la caja lista para pagar, vi a una mujer muy amable, que atendía a la pareja delante de mí, pues era la encargada de colocar los alimentos en las bolsas. Cuando llegó mi turno, aquella amable dama sostuvo una conversación conmigo, preguntándome sobre mi comida favorita en Navidad. Sorpresivamente comenzó a nombrar mis platos favoritos, los que generalmente preparaba para celebrar junto con mi familia. Le expliqué que desafor

MI CUMPLEAÑOS ESTE AÑO

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Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión y por todas partes no se habla de otra cosa si no de lo que falta para que llegue el día. Es agradable saber que al menos un día al año algunas personas piensan un poco en mí. Como tú sabes hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio parecían comprender y agradecer lo que hice por ellos, pero HOY en día nadie sabe para que lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho pero no sabe de que se trata. Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor. Habían cosas deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y habían muchos regalos, pero ¿sabes una cosa?... Ni siquiera me invitaron, yo era el invitado de honor y no se acordaron de invitarme, la fiesta era para mi y cuando l

La Dicha de Compartir

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Nuestra familia siempre ha ido de vacaciones a la isla de Hilton Head. Generalmente nos reunimos allí cada año durante una semana, y celebramos el día de Acción de Gracias. Hace algunos años nos fuimos a almorzar a un restaurante del lugar. Nuestra mesa era una de las más grandes. Estábamos todos, nuestros hijos, sus esposas, sus hijos y algunos amigos. En medio de  las conversaciones y las risas, me di cuenta de una pareja de ancianos sentados a varias mesas de distancia de nosotros, y me di cuenta de que estaban tomados de la mano en la mesa. Le comenté a mi familia sobre ellos, y hablamos de lo maravilloso que se veían juntos, lo que nos parecía extraño era que estuvieran solos en esa fecha. Ellos terminaron de comer mucho antes que nosotros, y cuando se levantaron para salir del restaurante, se detuvieron inesperadamente en nuestra mesa. "Disculpe la interrupción", dijo ella, "pero mi marido y yo estábamos sentados allí mirándolos mientras comíamos, y estábamos a

El Mundo Esta En Llamas

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UN DIA HUBO UN GRAN INCENDIO EN LA SELVA Y TODOS LOS ANIMALES CORRIERON ASUSTADOS Y TEMEROSOS DE MORIR QUEMADOS. UNO DE ELLOS, UN PEQUEÑO MONO SUBIÓ A UNA PALMERA PARA VER DESDE LO ALTO CÓMO SE QUEMABA LA SELVA.   EN ESO VIÓ COMO UN COLIBRI PEQUEÑITO, PEQUEÑITO, VOLABA CON GRAN PREMURA HASTA EL LAGO CERCANO, LLENABA SU PIQUITO CON AGUA, UNA O DOS GOTAS SOLAMENTE, REGRESANDO VELOZMENTE A DERRAMAR EL LÍQUIDO SOBRE EL GRAN FUEGO QUE AMENAZABA CON DESTRUIRLO TODO.   EL MONITO VEÍA CON CUANTO AFAN IBA Y VENÍA EL COLIBRÍ, DERRAMANDO GOTITAS DE AGUA SOBRE EL VORAZ INCENDIO. DE PRONTO LE GRITO: ¡ EY, COLIBRI ! ¿ QUE ESTAS HACIENDO ? ¿ TU CREES QUE CON TU TRABAJO VAS A APAGAR ESE FUEGO ? ¡ NO PODRAS LOGRARLO !...¿ QUÉ NO VES QUE ES MAS GRANDE QUE TÚ ?QUEDATE TRANQUILO, ANIMALITO DE DIOS...   ENTONCES EL COLIBRÍ LE MIRÓ FIJAMENTE A LOS OJOS Y LE DIJO: MIRA MONITO YO SOY MUY PEQUEÑO Y TAL VEZ NO LOGRE APAGAR ESTE FUEGO, PERO SI TE DIRE UNA COSA, POR LO MENOS YO ESTOY HACIENDO ALGO Y

Haciendo El Bien

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Nadie suele describir un diagnóstico de cáncer terminal como una "experiencia increíble",  sólo Sam Simon. Este hombre de 58 años de edad, no tiene una cara famosa  y es probable que ni siquiera lo reconozcamos por su nombre, pero ha sido un gigante en el mundo de la televisión desde que se lanzó un pequeño show para Fox llamado Los Simpson. Simon, quien comenzó su carrera como escritor en comedias como "TAXI", se asoció con sus amigos, Matt Groening y James L. Brooks. Pero lo que más ha llamado la atención en los últimos tiempos es su espíritu de lucha. En 2012, fue diagnosticado con una forma terminal de cáncer de colon y le dieron solo meses de vida. "Ellos me mostraron los exámenes", dijo Simon, "Y dijeron: "Esta colonoscopia es idéntica a la de un hombre muerto". Pero este hombre hizo la elección de hacer algo extraordinario con su vida, en lugar de enfocarse en el terrible diagnostico médico. Se enfocó en ayudar a los demás. Inició

Una Sonrisa En El Cielo

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Cuando era niña, mi familia vivía en una casa de techo plano, por lo que mis hermanos y yo, acostumbrábamos a subirnos a él, y acostados, mirar las nubes y buscar a que se parecía cada una. Aún después de crecer y casarme, para mí el cielo siempre siguió siendo el lugar, donde a mi parecer, leía las cartas de Dios. No importa que pasara, siempre encontraba a Dios allí. Mi esposo Al, siempre bromeaba con eso. Cuando cumplí 76 años, aun estaba trabajando, cosa que nunca imaginé. Pero para ese momento, mi esposo ya llevaba 20 años de lucha contra el cáncer de próstata, y ya se encontraba muy cansado y deprimido. Así que tuve que tomar la difícil decisión de dejar mi trabajo, para tratar de pasar todo el tiempo posible con él, aún cuando eso significara dejar de percibir el ingreso extra tan necesario. El día que renuncié iba manejando de regreso a casa, preguntando a Dios una y otra vez si había tomado la decisión correcta. Recuerdo que el cielo estaba muy oscuro, como cuando se aproxi

Siempre Podemos Dar

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Era el año 1933, y ya habíamos entrado en la llamada Gran Depresión en los Estados Unidos. Me habían despedido de mi trabajo de media jornada y ya no podía colaborar con los gastos de la familia. Nuestra única entrada era lo que podía conseguir mamá cosiendo vestidos para los demás. Mamá cayó enferma durante algunas semanas y le fue imposible trabajar. La compañía eléctrica nos cortó la luz cuando no pudimos pagar la cuenta. Luego la compañía de gas nos cortó el gas. Sucedió lo mismo con el agua corriente, pero el Ministerio de Salud los obligó a conectarla de nuevo por razones de higiene. La alacena estaba vacía. Por fortuna, teníamos una pequeña huerta de hortalizas y podíamos cocinarlas haciendo una hoguera en el patio de atrás. Un día mi hermana menor regresó de la escuela y dijo como al pasar: -Mañana debemos llevar algo a la escuela para dar a los pobres. Mamá comenzó a gritar: “¡No conozco a nadie más pobre que nosotros!”. Pero su madre, quien por aquella época viv

Vicky

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Mi esposo Joe, mis niñas y yo, vivíamos en una granja en las afueras de un pueblo en Alaska. Los animales silvestres rondaban con frecuencia alrededor. Una tarde, mientras mi esposo y yo caminábamos, escuchamos unos gemidos. Provenían de una zorra joven que había caído cautiva en una trampa. Ella tenía la pata izquierda casi destrozada. La sacamos de allí y nos la llevamos a casa. La llamamos Vicky. Como yo era ayudante de veterinario de animales salvajes, contaba con los instrumentos necesarios, así que la colocamos sobre una mesa y procedí a operar. Pase toda la noche tratando de reconstruir su pata, la enyesé y luego nos turnamos para curarla y alimentarla. La acostamos dentro de una jaula que teníamos en la cocina y poco a poco comenzó a reaccionar. Pero a la noche siguiente, Vicky trató de quitarse el yeso mientras dormíamos, y se lastimó tanto que tuve que amputársela. Los dos primeros días ella se puso de pie e intento caminar, pero se caía y se acurrucaba en la jaula con un

Panyee FC

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Pertenezco al equipo juvenil de Fútbol, Panyee FC, en Tailandia, y quiero contarles nuestra historia. Mis amigos y yo vivíamos en una villa flotante al sur de Tailandia. Aquí nos dedicábamos a la pesca. Todos nosotros disfrutábamos mucho de los juegos de fútbol que veíamos en la televisión. Un buen día se nos ocurrió formar nuestro propio equipo, pero todos se reían de nosotros, pues no había ni siquiera un espacio en tierra firme en donde practicar. Más nosotros no nos dimos por vencidos. Entre todos buscamos tablas de madera usadas y construimos un campo de juego flotante. Los clavos sobresalían, la superficie estaba desnivelada, y la cancha no era lo suficientemente grande, por lo que con frecuencia caíamos al agua. Pero nada de eso nos detuvo. Aprendimos a manejar la pelota de tal forma que después de unas semanas ya no teníamos problemas. Tiempo después nos enteramos de un campeonato entre equipos regionales en tierra firme, llamado Copa Pangha, y decidimos ir. Empezamos a gan

Una Perrita Llamada Faith

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Estábamos pasando por problemas económicos, mis tres hijos y yo, y se me hacía difícil encontrar trabajo. Una tarde estaba leyendo el periódico en busca de empleo, cuando mi hijo de 17 años, entró trayendo un perrito tan pequeño que cabía en sus manos. Al cachorrito le faltaban las dos patas delanteras y no emitía sonido alguno, sus cuerdas vocales estaban claramente dañadas. Lo había encontrado en un callejón, donde su madre estaba tratando de ahogarlo, pues claramente todos estaban muriendo de hambre. No creímos que sobreviviría, pero entre todos decidimos cuidarlo. Tratamos de alimentarlo con un gotero pero no quiso. Al día siguiente lo llevamos al veterinario, y nos dijo que difícilmente sobreviviría. Así que tomamos al cachorrito y pedimos a Dios por él. Le pusimos por nombre Faith (Fe), y nos turnamos para tratar de alimentarla. Poco a poco empezó a comer y a crecer, pero no ladraba y solo se arrastraba por la casa. Tratamos de hacer que caminara en sus dos patas traseras, pe

Sembrando Ilusiones

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Chris Koch es un agricultor y ganadero,  de 35 años de edad y vive en Alberta, Canadá. A simple vista esta parece una historia como cualquier otra, pero la verdad es que este muchacho es verdaderamente excepcional. Chris nació sin brazos ni piernas, pero nunca dejó  que eso lo detuviera. Además de todo esto, es orador motivacional. Koch fue criado en la pequeña comunidad agrícola de la ciudad, pero él dijo que nunca fue tratado como si tuviera una discapacidad, y que eso lo ayudó a convertirse en un hombre independiente. Koch dice: Hablando con mi papá un día, le pregunté: ¿me tratarás de forma especial por ser diferente? Y él dijo: Por supuesto que no. Así que mi independencia es prácticamente total gracias a la actitud de mi padre. Hay un montón de cosas que Chris no puede hacer,  pero casi siempre, nada lo detiene. Él ha estado conduciendo un tractor desde que tenía 9 o 10 años. Él puede jugar golf, esquiar, y tocar el piano. Además, tiene un sentido del humor impresionante. K

Dios Siempre Responde

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Todo durante mi primer embarazo, en 1967, había ido bien hasta ese momento. Doug me llevó al hospital con tiempo de sobra. Seis horas más tarde, nació nuestra bebé, Liz, perfectamente sana, con un peso de exactamente ocho libras. Estaba muy emocionada por llegar a casa y empezar nuestra nueva vida como una familia de tres. Y entonces vino el problema. La enfermera nos dijo que podíamos ir a casa, una vez que hubiésemos pagado los 50 dólares extra por el uso de la guardería. Mi esposo y yo habíamos planificado de antemano los gastos del hospital para el momento del nacimiento de nuestro bebé, pero no contábamos con este gasto extra. Habíamos presupuestado hasta nuestro último centavo y no teníamos dinero extra. Ambos habíamos pedido a Dios por este momento, y ahora se presentaba esto. Mi esposo sólo tomó el periódico, se sentó a la orilla de la cama y dijo: "tranquila, Dios nos sacará de este apuro". De repente mi esposo dijo: "¡Grace, mira esto!", Doug señaló un

Un Milagro de Amor

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Cuando Jonny nació, todos en la familia Hickey lo celebraron. Pero para su primer cumpleaños sus padres, Grant y Linda, se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Después de hacerlo examinar, le diagnosticaron autismo. Jonny no interactuaba con nadie y se volvía un poco agresivo cuando estaba con extraños. La familia tenía dos perros, pero tampoco se acercaba a ellos. Una noche de septiembre del 2012, cuando Linda estaba viendo las noticias, mostraron las fotos de una perrita llamada Xena, que había sido muy maltratada. Enseguida Linda buscó la página en Facebook que habían creado para Xena, y desde esa noche comenzó a pedir a Dios por ella. Todas las mañanas revisaba por Internet las notas de la recuperación de la perrita. Xena se iba sanando poco a poco, y Linda decidió que quería adoptarla para ayudarla en su recuperación. Pero lo más asombroso pasó cuando Xena entró por primera vez a la casa, Jonny abrió sus brazos y ella corrió hacia él. Ambos se fundieron en un abrazo y Jon

El Imparable

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Juan José Méndez Fernández, es un ciclista catalán muy admirado a nivel mundial. Nació el 27 de marzo de 1964 en Barcelona. Un accidente en su moto, le ocasionó la amputación del brazo y la pierna izquierda. Lejos de desanimarse, este hombre se ha mantenido arriba, y desde entonces,  no ha dejado de sorprendernos ni en lo deportivo ni en lo humano. El mismo Juan dice lo siguiente en una entrevista: "Días después de la cirugía, cuando me di cuenta de que me faltaban mi brazo y mi pierna del lado izquierdo, recuerdo que pensé: ´Todavía tengo mi cerebro, y es el órgano más importante, así que me ocuparé de mantenerlo bien, con pensamientos positivos, y nada me detendrá´,". Con la ayuda de Sisquillo, uno de los mejores mecánicos de bicicletas, volvió a practicar ciclismo, consiguiendo  la medalla de oro contra cronómetro en el Campeonato del Mundo de ciclismo paralímpico en carretera disputado en la ciudad canadiense de Baie-Comeau, consiguiendo mejorar de esta forma su terce

Una Razón Para Seguir

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Joaquín Alva era un joven rebosante de salud, hasta aquel fatídico día en el que sufrió un accidente que le cambió la vida para siempre. A partir del momento del accidente, la lucha de este joven fue la de poder sobrevivir. Dos semanas después, cuando salió del hospital, salió muy contento, porque había ganado la batalla. Pero con el paso de los días se dio cuenta de que su vida nunca sería la misma, pues había quedado parapléjico, y ahora su tiempo estaba enfocado en largas jornadas de terapia física. Estaba agradecido por estar vivo, pero con el paso de los meses se percato de que la vida era más difícil estando en una silla de ruedas. Pero Joaquín decidió no aislarse, decidió que su discapacidad no sería un obstáculo para progresar como ser humano, por lo que continuó con sus proyectos e ingresó al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde empezó a estudiar administración. Allí se dio cuenta que los accesos no estaban diseñados con rampas para personas con discapa

Un Vestido Cada Día

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Desde hace tres años Lillian Webber, una anciana de 99 años, dedica todo su tiempo a coser vestidos para las niñas más desfavorecidas de África. En todo ese tiempo ha elaborado en su casa de Iowa,  más de 800 vestidos que los niños recibirán a través de la organización Little Dresses for África. Lillian Weber cree que no hay límite de edad para ayudar a los demás; y ella dice que esto no requiere mucho dinero o esfuerzo. Ella planea llegar a la meta de 1000 vestidos para el momento en que cumpla  los 100 años de edad, en mayo del 2015. Lillian hace los vestidos de un patrón, pero los personaliza para que cada niña pueda sentirse única. Cada mañana empieza desde cero, y confecciona un vestido nuevo cada día. Lillian sostiene que no hay nada demasiado terrible que pueda impedir que ayudemos a otros, y realmente lo demuestra con su acción. Lillian Weber es una inspiración para sus amigos y familia,  y para todos los que hemos escuchado su historia. Es admirable ver a esta ancianita de

La Viuda y La Bolsa de Harina

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Una viuda pobre vivía sola en una pequeña ciudad. Cada mañana compraba un poco de trigo, luego lo molía en el puerto y regresaba a su casa. Allí  horneaba un pan para la mañana y un pan para la tarde. Una mañana, después de haber  horneado los panes, un hombre muy pobre le pidió algo de comer, aludiendo que no había comido en muchos días. La mujer sintió lastima por él, y le dio uno de los panes, quedándose sólo con un pan. Pocos minutos después, otro hombre pobre tocó a su puerta pidiendo comida. Suplicó y lloró tanto que la viuda terminó dándole el pan que le quedaba. Inmediatamente fue y compró,  con el resto de su dinero,  un poco más de trigo, y fue al puerto a molerlo. Pero, desafortunadamente, en su camino a la casa, un fuerte viento sopló y le arrebató la bolsita de harina, tirándola directamente al mar. Así pues, la viuda se quedó sin harina y sin chance de comer algo ese día. Triste, desconsolada y sin nada que comer, acudió al sabio del pueblo, que a todos aconsejaba. El

Detente, es buen tiempo.

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Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente justo después de una curva apareció un hombre parado en medio de la vía el cual le hacia señales con los brazos, muy desesperado, para que detuviera el vehiculo. El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toco insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre insistía en hacer señales al conductor para que se detuviera. -¿Que le sucederá a este hombre? Debe de estar loco -dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de atropellar a aquel hombre. Muy enojado, a la vez que nervioso por el incidente, bajo de su vehículo y cerrando la puerta con mucha  fuerza, se dirigió hacia el hombre y le dijo: -¿Acaso no tiene ojos? ¿No ve lo peligrosa que es esta carretera y se atraviesa en ella como si nada? ¿