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Mostrando entradas de septiembre, 2016

El Mejor Regalo

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A un amigo mío llamado David, su hermano le dio un automóvil como regalo de cumpleaños. Esa noche, cuando David salió de su oficina, un niño de la calle estaba caminando alrededor del brillante coche nuevo admirándolo.  -¿Este es su coche señor?- preguntó. David afirmó con la cabeza. -Mi hermano me lo dio cuando cumplí año. El niño estaba asombrado. - ¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada?, Vaya me gustaría...  titubeó el niño. Desde luego, David sabía lo que el niño iba a decir, que le gustaría tener un hermano así, pero lo que el muchacho realmente dijo estremeció a David de pies a cabeza. -Me gustaría- prosiguió el niño poder ser un hermano así.  David miró al niño con asombro, e impulsivamente añadió: -¿Te gustaría dar una vuelta en mi auto? - Oh, sí, eso me encantaría. Después de un corto paseo, el niño volteó y con los ojos chispeantes dijo: -Señor...    ¿No le importaría que pasáramos frente a mi casa? David sonrió. Creía saber  lo que el muchac

El Que Da Recibe

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“Un día, mientras me dirigía en coche con mis hijos hacia Dartmouth, Nueva Escocia, divisé a una mujer que estaba de pie a la orilla de la carretera junto a su vehículo. Me detuve detrás de ella y me di cuenta de que, además de tener un neumático desinflado, no sabía bien cómo cambiarlo. Me ofrecí a remediar el problema y al poco rato cada cual siguió su camino. Después de pasar varias horas recorriendo la ciudad, decidí volver a casa, pero entonces noté que del frente del auto salía vapor. Me detuve en el estacionamiento de un restaurante y descubrí que el radiador estaba perforado. El conductor de un camión que acababa de llegar me preguntó qué ocurría y yo se lo expliqué; añadí que le iba a telefonear a un hermano que es mecánico. Cuando le dije que éste vivía  a una hora de camino, llevó mis hijos a cenar al restaurante y se negó a que yo pagara la cuenta. Después nos llevó a casa de unos parientes suyos cerca de allí. El hombre no sólo esperó hasta que mi hermano llegó a auxili

El precio de un milagro

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Esta es una historia verídica de una niña de ocho años. Un día escuchó a su madre y a su padre hablar acerca de su hermanito Andrés. Ella solo sabía que su hermano estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero y por eso debían mudarse para otro lugar. Solo una operación costosísima podría salvar a Andrés. Su padre estaba gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Un día oyó a su padre murmurarle a su madre, quien tenía los ojos llenos de lágrimas: "Solo un milagro puede salvarlo." Entonces Tess fue a su cuarto y sacó un gran frasco que tenía escondido y donde guardaba unos centavos. Lo vació en el suelo y contó cuidadosamente. Lo contó una y otra vez… ¡La cantidad exacta Y perfecta! Colocó las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó, salió por la puerta trasera y caminó hasta la farmacia. Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta. Na

La perseverancia vale oro

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Julius Yego, el atleta autodidacta que aprendió a lanzar la jabalina en internet y ahora es subcampeón de las Olimpiadas. Su historia de éxito se la debe a la perseverancia y a la tecnología, pero a una que está al alcance de millones de personas en todo el mundo: YouTube. Yego dice: "Mi carrera comenzó cuando era un niño. Lo hacía por diversión ya que era muy bueno lanzando piedras y palos. Comencé a ser profesional en 2004 y esa fue la primera vez que tomé una jabalina de verdad”. Cuatro años más tarde, en 2008, la marca personal de Yego era de 72 metros. En ese momento Andreas Thorkildsen (Noruega) y Tero Pitkämäki eran las referencias en jabalina, lanzando 91 o 90 metros constantemente. Pero Julius no se echó atrás. Se dió cuenta de que tenía que encontrar la manera de mejorar su desempeño. "Tenía que hacer algo y ver lo que ellos estaban haciendo, los ejercicios en el gimnasio, la potencia, los ejercicios con las piernas", dijo. Fue entonces, cuando encontró