La Dicha de Compartir

Nuestra familia siempre ha ido de vacaciones a la isla de Hilton Head. Generalmente nos reunimos allí cada año durante una semana, y celebramos el día de Acción de Gracias. Hace algunos años nos fuimos a almorzar a un restaurante del lugar. Nuestra mesa era una de las más grandes. Estábamos todos, nuestros hijos, sus esposas, sus hijos y algunos amigos. En medio de  las conversaciones y las risas, me di cuenta de una pareja de ancianos sentados a varias mesas de distancia de nosotros, y me di cuenta de que estaban tomados de la mano en la mesa. Le comenté a mi familia sobre ellos, y hablamos de lo maravilloso que se veían juntos, lo que nos parecía extraño era que estuvieran solos en esa fecha. Ellos terminaron de comer mucho antes que nosotros, y cuando se levantaron para salir del restaurante, se detuvieron inesperadamente en nuestra mesa. "Disculpe la interrupción", dijo ella, "pero mi marido y yo estábamos sentados allí mirándolos mientras comíamos, y estábamos admirando su hermosa familia". Yo le dije que nosotros también a ellos; y entonces los invitamos a compartir con nosotros. Trajimos algunas sillas a la mesa, y mientras hablábamos nos dijeron que habían vivido en la isla durante muchos años y que su hijo estaba demasiado lejos para viajar en  Acción de Gracias y Navidad. Disfrutamos de su compañía tanto, que nos quedamos afuera hablando por un rato, después del almuerzo. Y luego nos invitaron a su casa esa noche para comer helado. Disfrutamos muchísimo escuchando sus historias sobre sus viajes a lugares exóticos. Cuando nos despedimos esa noche le dije: "Nos gustaría que compartieran con nosotros cada vez que estemos aquí, y especialmente en la comida de acción de gracias." Y así lo hicieron. Compartimos muchas comidas maravillosas juntos a través de los años, haciendo del día de Acción de Gracias un momento mucho más maravilloso para todos nosotros. ¿Sabes si alguien va a estar solo en Acción de Gracias o Navidad este año? ¿Por qué no invitarlo a unirse a tu familia? Los que lo hacen, son los que recibirán la mayor bendición, así como nos pasó a nosotros.   Michelle Cox
Esta historia nos dice que ciertamente mas bienaventurado es dar que recibir. Nos necesitamos unos a otros. Así que tratemos de olvidarnos un poco de nosotros mismos, y enfoquémonos en hacer feliz a alguien más. Recuerda que la dicha compartida se multiplica. Animémonos a compartir un poco de lo que Dios nos ha regalado. ¡Que Dios te de un Feliz Día!     Any Aular

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