El Mejor Accidente De Mi Vida
Me desperté a las ocho en punto con una misión:
encontrar un empleo. Me puse mi mejor vestido, practiqué mi mejor sonrisa, y
pedí a Dios que me ayudara. Pero aún así no me sentía convencida de que yo
sería una buena empleada. Nunca había tenido un trabajo de verdad. Ni siquiera
había terminado la universidad. ¿Quién querría contratar a alguien como yo? Tenía
21 años, recién casada. Siempre había soñado con ser una mamá a tiempo completo,
y mi marido me apoyaba en eso. Pero justo antes de la boda, tuvimos un
accidente automovilístico menor. Esto me produjo un caso de latigazo cervical.
Aparte de eso, fue sólo un susto. Pero esto provocó que nuestro presupuesto se
ajustará más de lo planificado, por lo que, después de hablarlo, habíamos
decidido posponer formar una familia hasta que estuviéramos financieramente más
estables. Y la única manera de que eso ocurriera en un corto plazo, era que yo
también comenzara a trabajar. Con mi
currículum en mano, la mejor opción que tenía era la de trabajar en la pizzería
de la ciudad, ¿qué otra cosa podía hacer? Estaba a medio camino de la puerta
cuando sonó el teléfono. "Hola, Paula, soy yo la Dra. Armstrong." ¿Mi
quiropráctica? No la había visto en seis meses. Poco después del choque de
autos. Mi marido me había hecho una cita con ella para tratar el latigazo, pero
yo me sentía escéptica. No sabía qué esperar. Para mi sorpresa, sin embargo, la
Dra. Armstrong era muy cuidadosa y bastante profesional. Tardó sólo unos
minutos en hacer desaparecer mi dolor. Desde ese día me olvidé de ese dolor.
Entonces ¿Por qué me estaba llamando ahora? "Sé que esto no tiene ningún sentido",
me dijo la doctora. "Pero el número de pacientes está aumentando y estoy
buscando una recepcionista. ¿Estarías interesada? Casi se me cae el teléfono.
"Por supuesto," balbuceé. "Pero
doctora, ¿por qué yo?” Ella vaciló un instante y me dijo. "Bueno, es lo
más extraño que me ha pasado. No he sido capaz de sacarte de mi mente toda la
semana, desde que me di cuenta de que necesitaba ayuda, y algo me decía que
tenía que llamarte”. La Dra. Armstrong se convirtió en mi guía, y me animó a
seguir superándome. Finalmente abrí mi propio negocio y he ganado más que
suficiente para ayudar a mantener a mi familia. Como diría un quiropráctico,
todo está perfectamente alineado. Verdaderamente, todo sucede para un bien.
Paula O'Donnell
La vida es como un viaje, y los problemas y reveses,
son generalmente desviaciones que Dios está marcando en nuestro camino, para
regalarnos algo mucho mejor y mayor de lo que planeábamos. Así que apartemos la
queja y los pensamientos negativos de nuestro interior, y hagamos un esfuerzo
por cambiar la perspectiva en la que vemos lo que nos sucede. Nada sucede por
casualidad, y todo nos favorece. Tan sólo no dejemos de creer que Dios es quien
maneja todas las cosas, y adversidades, tales como un accidente, y que estas
pueden resultar en una enorme victoria. Así que sigamos adelante y no
permitamos que los malos pronósticos nos saquen del juego. Todavía te queda
mucho que escribir en tu vida. ¡Que Dios haga brillar el sol para ti hoy! Any Aular
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