¿Quieres Triunfar?
Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio
sobre sus problemas. Luego de un largo viaje llegó donde aquel Maestro vivía, -
"Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no sé
que más hacer para salir adelante". El sabio le dijo: - "Puedo
ayudarte con esto ¿sabes remar?" El hombre contestó que sí. Entonces el
maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el
hombre empezó a remar hacia el centro a pedido del maestro. -"¿Va a explicarme?"
-dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje. -"Sigue,
sigue -dijo éste- que debemos llegar al centro mismo del lago". Al llegar
al centro exacto del lago, el maestro le dijo: -"Arrima tu cara todo lo
que puedas al agua y dime qué ves". El hombre, pasó casi todo su cuerpo
por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio
acercó su rostro todo lo que pudo al agua, aunque sin entender mucho para qué
estaba haciendo esto. De repente, el anciano le empujó y el hombre cayó al
agua. Al intentar salir, el sabio le sujetó su cabeza con ambas manos e impidió
que saliera a la superficie. Desesperado, el hombre manoteó, pataleó, gritó
inútilmente bajo el agua. Cuando estaba a punto de morir ahogado, el sabio lo
soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote. Al llegar arriba el
hombre, entre toses y ahogos, le gritó: -"¿Está usted loco? ¿No se da
cuenta que casi me ahoga?". Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó:
-"¿Cuándo estabas sumergido en el agua, en qué pensabas, qué era lo qué
más deseabas en ese momento?". -¡¡En respirar, por supuesto!! -"Bien,
pues cuando pienses en triunfar con la misma vehemencia con la que pensabas en
ese momento respirar, entonces estarás preparado para triunfar".
Esta anécdota es increíble. Pero cuando meditamos
en lo que aquel anciano quiso decir al hombre, entonces entendemos, que además
de contar con la ayuda de Dios, es necesario, por sobre todas las cosas, la
determinación a lograr nuestros y anhelos más grandes. A muchos la vida se nos
ha pasado, tan sólo hablando de lo que queremos: “¡Cómo me gustaría tener…!
Hemos sido testigos de los éxitos de muchos hombres que conforman nuestra
historia, maravillándonos de la forma en la que consiguieron subir a la cima. ¿Pero
quien dijo que había una cima sólo para ciertas personas? Todos fuimos creados
para dejar una huella en este mundo. Anímate y lucha sin parar, y te que darás
sorprendido. ¡Que Dios te de un Feliz Día!
Any Aular
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