Gratitud por nuestra perrita

Se acercaba el día de Acción de Gracias y era nuestra tradición, que toda la familia se reuniera en nuestra casa. A mi esposa Julee le encantaba la cocina y generalmente preparaba una multitud de exquisitos platos y postres... Pero este año ella había alquilado una cabaña en las colinas que quedaban a varias horas de viaje de nuestra ciudad. Por supuesto, todos debíamos viajar.  El fin de semana Julee y yo nos instalamos, y el domingo temprano hicimos las compras necesarias. Ese domingo en la tarde dejé a Julee y a nuestra perrita Millie, una pequeña golden retriever, en la cabaña, para regresar a la ciudad y arreglar unos asuntos pendientes. El martes, tomaría el tren para disfrutar en la noche de la cena. El lunes recibí una llamada de mi esposa diciéndome que se había fracturado la clavícula derecha. Le dije que tomaría el tren de inmediato, pero ella me tranquilizó diciéndome que estaba bien, y que además la familia ya estaba allí. El martes tomé el tren y llegué a la cabaña. Por supuesto Julee no pudo cocinar, así que la familia lo hizo por ella. Una vez reunidos alrededor de la mesa, procedimos a cumplir con nuestra tradición,  en la que cada uno daría gracias por algo en particular. Julee insistió en comenzar, y fue entonces cuando nos contó lo que había pasado. Cerca de la medianoche, ella se levantó media dormida para ir al baño, y tropezó con un  juguete de Millie, resbaló, y cayó por las escaleras. Como pudo,  llamó al número de emergencias y esperó, tirada en el suelo. Comenzó a sentir frío y a perder la conciencia. De pronto escuchó a Millie, y sintió como ella se acostó sobre su cuerpo. Ella empezó a entrar en calor. Cuando fue llevada a la emergencia el doctor que la atendió se sorprendió de su condición. Ella le contó todo, y entonces el doctor dijo, que si no hubiera sido por la perrita, ella habría entrado en shock y probablemente no hubiera sobrevivido. Las lágrimas inundaron de mis ojos, y de todos en la mesa. Hoy, ya Millie no está con nosotros, pero cada celebración de Acción de Gracias, cuento ésta experiencia, por la cual estaré eternamente agradecido,  pues mi esposa sigue con nosotros gracias a que Dios usó este pequeño cachorro para salvarle la vida.   Edward Grinnan.  
Siempre hay algo por lo cual agradecer. Te invito a que ahora que entramos en el último mes del año, pienses en todo lo que has vivido en él,  seguramente hubo dolor y lágrimas, pero también pequeñas grandes victorias que te han mantenido aquí, luchando, y esa es una razón para dar "Gracias". No dejemos que las sombras de las dificultades opaquen la luz de las experiencias que nos hacen sonreír. ¡Demos gracias a Dios siempre por todo lo que nos regala cada día!    Any Aular

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