Eres uno de nosotros

¡Eres parte de nuestro grupo, y te apoyamos! Con sólo esta declaración, la tensión se esfumó de la habitación, y otros adolescentes expresaron su respaldo a Sara. El escenario era una reunión comunitaria de adolescentes en un instituto de tratamiento de salud mental en el cual estaba recluida Sara. Ella  sufría de esquizofrenia crónica y a menudo no comprendía sus acciones ni tenía control sobre ellas. La tarde anterior, luego de regresar de una visita a su casa, encendió un pequeño fuego en su baño y causó problemas en la institución, incluyendo la evacuación y cancelación de las actividades programadas. A la mañana siguiente, el personal y los pacientes se reunieron para lidiar con los inconvenientes causados por las acciones de Sara y el disgusto que estas provocaron entre el resto de los adolescentes. Casi por una hora, ella permaneció en silencio ante todos. Sin embargo, cuando Sam, otro paciente, vino a la habitación, se arrodilló ante ella, miró su rostro y le expresó su respaldo, ella reaccionó. Explicó cómo su madre se había enfurecido con ella la tarde anterior y le había gritado muchas cosas feas: “¿Por qué no dejas de ser así?, me tienes cansada…”  Yo quería morir, dijo Sara, por eso inicié el fuego. Ella no pensó en el peligro. Pero la disposición de Sam a perdonarla a pesar de su error en pleno juicio, ofreció confianza a Sara para derramar su corazón ante el grupo. Son los “Sams” de este mundo, quienes construyen comunidades verdaderas, verdaderas familias, relaciones que sanan, por medio del perdón y la compasión que proyectan.
Tratemos de ser comprensivos con los demás, de no juzgar sin antes conocer la verdad absoluta acerca de alguna situación que se presente. Las personas que reaccionan en forma violenta generalmente actúan como consecuencia del dolor, la amargura, la frustración y el miedo. Debemos tratar de entender a quienes viven a nuestro alrededor, de ayudarlos y no de lastimarlos. Recordemos que ninguno de nosotros está exento de caer en la ira y la desesperación, todos cometemos errores. No hay nada más gratificante que poder llegar al corazón de alguien y ayudarlo. Intentemos actuar con amor para con otros, de verlos a través del lente de la misericordia y nuestra vida será mucho más hermosa. ¡Que Dios te de un Feliz Día!                            Any Aular.

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