Dios Cuida Cada Detalle

Se acercaba el cumpleaños de mamá, y ella sólo quería una cosa como regalo, deseaba que le encontrara una copia de una canción que ella tenía grabada en un casete desgastado ya por el uso. La canción se llamaba: “Mi Redentor”. Escuché esa canción muchas veces mientras crecía. Y después de 37 años de uso, la cinta estaba muy maltratada. Le prometí que se la conseguiría, porque pensé que con toda la tecnología de hoy en día, la encontraría fácilmente. Ésta melodía se había convertido en la canción favorita de mamá después de que mi hermano menor Tim fue atropellado por un conductor ebrio en 1973. Mamá había sido una mujer fuerte toda su vida, fue esposa de un conductor de camión, y nos crió, a mis dos hermanos y a mí en las zonas rurales de Red Lion, Pennsylvania, lo cual significaba un reto en aquellos tiempos. Pero la muerte de Tim la sacudió muy fuerte y la derrumbó. La única cosa que parecía ayudarla, era escuchar la canción “Mi Redentor”, cuando sonaba en la estación de la radio local. Por lo que decidimos grabarla en una cinta de casete, para que pudiera escucharla cada vez que quisiera. Esto levantó a mamá. Él único problema era que yo no sabía quién era el solista, sólo tenía el título de ésta melodía. Por más que busqué en Internet no encontré esa versión. Así fue que comencé a pedirle a Dios su ayuda, pues el cumpleaños estaba muy cerca y yo no tenía lo prometido. Un día, iba en mi carro, escuchando la estación de radio local, y para mi sorpresa, pusieron exactamente la misma melodía de “Mi Redentor” que mamá tenía. De inmediato llamé a la estación y pregunté por el nombre del solista, que resultó ser un hombre llamado Alan Parks. Lo busque por Google, y encontré el número de teléfono de su casa en Carolina del Sur. Lo llamé y le conté cuánto significaba aquella melodía para mi madre, así que se ofreció a enviarme dos CD. Cuando le di mi dirección, él pregunto con asombro: “¿Ustedes viven en Red Lion Pennsylvania? ¿Por casualidad conocen a los Logan? Yo le dije: “Claro que sí, ellos son nuestros vecinos”. A lo que Alan respondió: “Ellos han sido mis amigos durante 25 años y van a asistir a un concierto en el que voy a participar el 17 de Abril, ¿podrían tu mamá y tú asistir? Yo le respondí que sí, llena de emoción. Así que la noche del 17 de Abril, exactamente el día del cumpleaños número 87 de mamá, Alan le dedicó, la canción “Mi Redentor”. Mi madre lloraba de alegría, y su corazón rebosaba de agradecimiento. Definitivamente Dios si cuida cada detalle en nuestra vida, y nos da mucho más de lo que le pedimos.
Esta historia nos dice que nada de lo que nos sucede pasa desapercibido delante de los ojos de Dios, sin embargo a veces consideramos que no hace falta “molestar a Dios” con detalles tan pequeños. Pero lo cierto es, que Él cuida de nosotros, y desea que le confiemos todas las cosas, pues lo que es importante para ti, lo es también para Él. Recuerda que Él es nuestro Padre. Atrévete y empieza a confiarle a Dios tus necesidades de todo tipo, y verás milagros cada día. ¡Que Dios te dé un Feliz Día!    Any Aular

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑA, LA PIEDRA Y EL CABALLO

La niña, la piedra y el caballo