Los eventos en la tierra, unos a veces imperceptibles, pero otros a la vez muy fuertes, nos indican que Dios desea un cambio en nuestro corazón, para que la armonía regrese a su creación. Feliz día! 🙏🏻❤
Cuentan que, en cierta ocasión, entró una niña en el taller de un escultor. Por un largo rato, estuvo disfrutando de todas las cosas asombrosas del taller: martillos, cinceles, pedazos de esculturas desechadas, bocetos, bustos, troncos…, pero lo que más impresionó a la niña fue una enorme piedra en el centro del taller. Era una piedra tosca, llena de magulladuras y heridas, desigual, traída en un penoso y largo viaje desde la lejana sierra. La niña estuvo acariciando con sus ojos la piedra y, al rato, se marchó. Volvió la niña al taller a los pocos meses, y vio sorprendida que, en el lugar de la enorme piedra, se erguía un hermosísimo caballo que parecía ansioso de liberarse de la inmovilidad de la estatua y ponerse a galopar. La niña se dirigió al escultor y le dijo: ¿Y cómo sabía usted que dentro de esa piedra se escondía ese caballo? Dentro de cada uno de nosotros se encuentra un tesoro, pero debemos entender que sólo se manifestará, a través de cada cincelada d...
i Perder un brazo no es razón para quedarse sin él. Al menos eso es lo que piensa Ángel Sanguino, un joven venezolano técnico en electrónica, que decidió fabricarse uno mecánico, adaptado a sus actividades laborales y a sus necesidades, tras perder uno de ellos, a los 33 años, en un accidente. Aunque le recomendaron acostumbrarse a su discapacidad, ya son dos los brazos electrónicos que se ha hecho, y no para. Entre los nuevos proyectos que tiene está fabricar otro, esta vez robótico, y mejorar miembros para personas con discapacidad con el fin de ayudar a los que, como él, deben sustituir alguno. Este joven caraqueño perdió el brazo hace poco más de un año, justo una semana antes de enterarse que iba a ser padre por primera vez. Eso le llevó a dejar de un lado el luto por la pérdida del miembro y a activarse en la búsqueda de una solución para seguir trabajando y atender al primogénito por nacer. “Me puse a diseñar un brazo cuando todavía estaba en terapia intensiva”, contó ...
Cuentan que, en cierta ocasión, entró una niña en el taller de un escultor. Por un largo rato, estuvo disfrutando de todas las cosas asombrosas del taller: martillos, cinceles, pedazos de esculturas desechadas, bocetos, bustos, troncos…, pero lo que más impresionó a la niña fue una enorme piedra en el centro del taller. Era una piedra tosca, llena de magulladuras y heridas, desigual, traída en un penoso y largo viaje desde la lejana sierra. La niña estuvo acariciando con sus ojos la piedra y, al rato, se marchó. Volvió la niña al taller a los pocos meses, y vio sorprendida que, en el lugar de la enorme piedra, se erguía un hermosísimo caballo que parecía ansioso de liberarse de la inmovilidad de la estatua y ponerse a galopar. La niña se dirigió al escultor y le dijo: ¿Y cómo sabía usted que dentro de esa piedra se escondía ese caballo? Dentro de cada uno de nosotros se encuentra un tesoro, pero debemos entender que sólo se manifestará, a través de cada cincelada de pru...
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