EL AMOR DE UN PERRITO
Manuel y María llevaban casi un año de feliz matrimonio,
cuando él le hizo un “obsequio” que ella nunca deseó: un enorme perrito Chow Chow,
con patas del tamaño de pelotas de béisbol. “Manuel, querido”, dijo María
con firmeza “los perros y yo somos enemigos naturales.
¡Sencillamente no sabemos llevarnos bien!”. “¡Pero María!”, dijo Manuel, “Verás
que pronto te acostumbrarás a él”. Era obvio que el perrito era un regalo para Manuel.
“Perri”, nombre que por fin decidieron ponerle al animal, vino a ocupar un
lugar incómodo en el hogar. Habiendo decidido que el animal debía comprender su
lugar como enemigo personal, María emprendió una campaña silenciosa en contra
del cachorro. Perri captó de inmediato su resistencia y por un tiempo respondió
robando toallas, despedazando zapatos y muebles. El perrito hizo caso omiso a
sus intentos por corregirlo y así transcurrió el primer año de Perri, como
miembro de la familia. Cierto día, María notó un cambio en la actitud de
Perri. Para su sorpresa, el cachorro comenzó a darle una alegre
bienvenida cada vez que llegaba a casa. Cada vez que ella lo alimentaba,
él se echaba un instante y la miraba con adoración antes de comenzar a
comer. Para colmo, el perrito comenzó a acompañarla en sus caminatas
matutinas, permaneciendo muy cerca para protegerla, mientras ella transitaba
por las desiertas calles. Poco a poco, ella fue conquistada por el amor de
Perri, hasta lograr un lazo especial. Hoy día, dice que la persistencia
de Perri le ha enseñado mucho sobre cómo amar al prójimo y como vencer las
barreras. Ella dice que Perri ha ganado la pelea.
No hay nada mayor que el amor, porque el amor es Dios. El amor vence las
barreras, sociales y raciales… el amor construye puentes a través de los ríos
de nuestras opiniones personales y prejuicios, acercándonos a los demás a pesar
de que pensemos diferente, el amor derrumba murallas y abre caminos para la
reconciliación y la amistad. Si hoy alguien nos habla con amargura, regalémosle paz respondiéndole con palabras
amables, si alguien se queja delante de nosotros, brindémosle ayuda usando
palabras de esperanza. Si alguien
recurre al odio y nos maltrata, hagamos
uso de la bondad y la consideración. Atrevámonos a ser diferentes. Si alguna de
nuestras relaciones se torna difícil, no nos desanimemos, no nos rindamos,
hagamos uso del amor y todo cambiará, todo se transformará. ¡Que Dios te de un
Feliz Día! Any Aular
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