EL SABIO Y LA DONCELLA


Un sabio tenía su choza a la orilla de un gran río. Cada día una doncella cruzaba el río en un bote y le traía un poco de leche que le enviaba un pastor. A veces ella llegaba tarde y el sabio, cansado de las razones que le daba, diciendo que era a causa de demoras del bote, le dijo un día: “¡Son tonterías! Una persona que tenga fe, que tenga a Dios en el corazón, puede caminar sobre las aguas sin temor”. La doncella lo escuchó calmadamente, lo pensó un poco y se retiró. Al día siguiente llegó con prontitud y así sucedió de ahí en adelante. El sabio, inquieto, le preguntó a la joven cómo era ahora tan puntual y ella le dijo: “Estoy practicando lo que dijiste, y con Dios en mi corazón y en mis labios cruzo el río sin necesidad del bote”. El sabio fue a ver el milagro, y observó a la doncella que entraba al agua murmurando el nombre de Dios y avanzaba liviana como una pluma. Entonces el sabio recogió el borde de su túnica y comenzó a seguirla, y cuando ella vio que él empezaba a hundirse, le dijo: “¿Cómo quieres que Dios te lleve sobre el agua, si ya al entrar levantaste tu ropa por temor a que se mojara?”
Cuantos retos tenemos y cuantas presiones enfrentamos en nuestro día a día. Todos nosotros tenemos aspiraciones y por eso, nos hemos planteado objetivos que queremos cumplir a toda costa. Pero a medida que pasa el tiempo, se hace cada vez más difícil conseguir lo que deseamos. Cada vez nos cuesta más cruzar ese río en nuestro bote, usando nuestras propias ideas, propuestas y conceptos. Si ya tu barca no es suficiente, si lo que haces no resulta, ni te proporciona soluciones, si estás estancado, entonces pídele a Dios poder caminar sobre las aguas de tu vida usando el camino que Él te propone. No te rindas y caminarás sobre la angustia, los temores, la desesperanza y las tristezas. No te des por vencido y pasarás por encima del conflicto y saldrás vencedor. Fuimos hechos para perseverar, para librar batallas y para triunfar. Ten ánimo, camina, entra al agua y no dejes que el temor te lleve a despojarte de la certeza de un camino lleno de bendiciones. ¡Que Dios te de un Feliz Día!   Any Aular

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