INVITA A DIOS Y TODO CAMBIARA
Dejé mi profesión de abogado porque no me sentía con vocación para eso, y me dediqué a vender libros para profesionales. Visitaba uno tras otro, y no lograba vender ninguno. El gerente la empresa distribuidora me amenazó con terminar mi contrato si las cosas seguían así. Mi esposa estaba alarmada porque la tienda de víveres ya no nos quería fiar más. Mi desánimo era total. Me fui a otra ciudad a ofrecer los libros, pero nadie me compraba. Una noche llegué a la habitación del hotel, en el quinto piso, y me provocó quitarme la vida... Me acerqué a la mesa de noche y vi que allí estaba una Biblia. La abrí y lo que leí me hizo entender que nunca había tomado en cuenta a Dios para que me ayudara en las ventas, ni para casi ningún aspecto de mi vida. Entonces me atreví a decir: Padre, acompáñame mañana y entra primero que yo, dame tu gracia ante las personas. Cuando terminé está oración sentí como una oleada de entusiasmo por todo mi ser. Bajé enseguida y comí, y dormí como hacía mucho tiempo que no lo lograba. Al día siguiente me levanté muy animado. Otras veces tocaba las puertas de las oficinas con infinito miedo. Hoy me sentía reanimado y lleno de confianza. Así fue que empecé a conseguir ventas magníficas, y logré una calurosa felicitación de mis jefes, y tanto fui progresando, que ahora poseo mi propia editorial y tengo muchos agentes vendedores. Por supuesto a todos ellos les recomiendo aquello que a mí, me produjo tan excelentes resultados: invitar a Dios…
Cuando confiamos en Dios todo se mejora. Porque cuando lo hacemos, estamos diciéndole a Él que es grande y poderoso y que todo lo puede. Él nos hizo a su imagen y semejanza, y es por eso que debemos confiar, en que somos capaces de triunfar. A su lado nuestras posibilidades son ilimitadas. No te rindas. Prueba y lucha y podrás sentir como fluyen en ti los talentos y dones que Él te regaló. Recuerda que si él te acompaña, nada es imposible para ti. No existe montaña muy alta que no puedas escalar, ni océano muy profundo que no puedas explorar. Fuiste hecho por el Creador de los cielos y la tierra, y él de la nada lo hizo todo, y Él bendice al que piensa positivamente y no se da por vencido. No permitas que la duda y la depresión te manejen. Nuestra lucha comienza en nuestra mente. Cambia tu actitud y piensa en todo lo que puedes lograr, en ti está él poder para conseguir tus soluciones, pero no te olvides de invitar a Dios. Comienza ya. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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