LA MUJER MAS BELLA DEL MUNDO
Me
llamo Lizzie Velásquez y padezco un
raro síndrome que me impide ganar peso, por lo que mi aspecto físico es,
literalmente, el de una persona en piel y huesos. Tengo 24 años y me dedico a
escribir y a dar charlas para animar a las personas. Estaba en casa, sentada en
la computadora oyendo música en una página de internet, y me di cuenta de que
en la parte de la derecha, en los relacionados, había una foto que me resultó
muy, muy familiar. Así que fui allí y la seleccioné, sin saber que al hacer eso
iba a cambiar mi vida completamente. Lo primero que vi fue mi imagen de cuando
yo tenía once años, y el título de este vídeo era La mujer más fea."
Después vi que cuatro millones de personas lo habían visto. "Seguí bajando por la pantalla y
vi que había miles y miles y miles de comentarios. Me puse a leerlos y
¡ninguno! era positivo. Estos comentarios me decían que le hiciese al mundo el
favor de cortarme la cabeza, otros me daban consejos sobre cómo
suicidarme…"... Lloré hasta el cansancio. Mis lágrimas se transformaron
después en rabia, y quería responder a todos y cada uno de los mensajes, quería
hacerles sentir mal. Pero luego me
detuve y me di cuenta de que eso era una pérdida de tiempo. ¿Qué ganaba con
ponerme a su nivel? Pasé un tiempo
muy duro. Seguí yendo al instituto, escribiendo y dando charlas. Dios, Tú me
hiciste la mujer que soy por una razón. Tú me diste todas las luchas durante mi
crecimiento para hacerme más fuerte. Tú me hiciste parecer diferente para que
yo pueda ver una belleza que no es la que define la moda. Dios está actuando a
través de mí para enseñarnos algo. Antes veía el síndrome como algo maligno, pero
ahora lo veo como una Bendición.
Todos los porqués, todos los "por qué yo", "por qué me hiciste
esto a mí", tienen una respuesta. Y he aprendido a dejar de preguntarme
por qué. Porque sé que Dios hace todo absolutamente todo por una razón, y
tienes que rendirte y aceptarlo. ¡A veces te sorprendes mucho y dices: Gracias, Dios! Y les voy a
decir ahora, que si dejan de preguntarse por qué, y empiezan a decir
"¡Gracias, Dios!", obtendrán todas las respuestas.
Dejemos las quejas y la
inconformidad por lo que estamos viviendo. Tratemos de cambiar nuestro punto de
vista, y busquemos el lado bueno en todo lo que nos pasa. A veces nos sentimos
tan mal con nuestra realidad, que empezamos a compadecernos de nosotros mismos,
y está actitud no ayuda, sólo destruye. Usa lo que tienes para ser feliz. Todos
tenemos talentos y dones dados por Dios. Busca dentro de ti los tesoros que
Dios te ha regalado y empieza a
repartir. Trata de no pensar tanto en ti, dedícate a los demás. Práctica construir murallas de
protección con tus palabras para
aquellos que se encuentran desvalidos en espíritu y corazón. Haciendo esto encontrarás tu vida y serás feliz. ¡Que Dios te de un
Feliz Día! Any Aular
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