El Vuelo Del Halcón

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara. Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que el otro no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó. El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó entonces, la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Entonces, decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente. El rey le dijo a su corte, "Traedme al autor de ese milagro". Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó: ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago? Intimidado el campesino le dijo al rey: fue fácil mi rey, solo corté la rama y el halcón voló. Se dio cuenta que tenía alas y empezó a volar. El temor es la limitante más grande que existe en el mundo, y este sólo vive en nuestros pensamientos e invade nuestros corazones si así se lo permitimos, afectando de manera perjudicial el curso de nuestras vidas.Nuestra mente tiene una capacidad increíble, bien sea para crear o para destruir. Dios, nuestro Creador, nos hizo creadores de nuestro destino dándonos el libre albedrío.Todos estamos dotados de los talentos necesarios para surgir, tener éxito y ser felices en esta vida. Todos tenemos alas para volar tan alto como sea necesario. Pero asimismo, estamos rodeados de temores que muchas veces nos mantienen encerrados y sujetos, manteniendo nuestros ojos cegados y nuestras manos atadas y nos impiden alcanzar todo aquello que Nuestro Padre Celestial nos tiene guardado por amor. Cosas que vemos como a lo lejos, que han sido preparadas para nosotros.Muchas veces Dios tiene que cortar la rama de nuestras inseguridades a través de conflictos y circunstancias difíciles, para hacernos ver cuán alto podemos volar, para llevarnos hacia nuestra bendición, nuestra verdadera vida. Seamos agradecidos, entonces, por los altibajos sufridos, pues solo a través de ellos alcanzaremos la felicidad, la plenitud de nuestras vidas.
No te desanimes. Vive este nuevo día haciendo frente al reto que se presenta por delante, sin temores y alcanzaras alturas jamás soñadas. ¡Que Dios te de un Feliz día!         Any Aular

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