El Poder Del Perdón
Se cuenta que cierto emperador chino, cuando le avisaron que en una de las provincias de su imperio había una insurrección, dijo a los ministros de su gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban: "Vamos. Seguidme. Pronto destruiré a mis enemigos." Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde estaban los rebeldes, él trató afablemente a éstos, quienes, por gratitud, se sometieron a él de nuevo.
Todos los que formaban el séquito del emperador pensaron que él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se habían sublevado contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el emperador trataba humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido rebeldes. Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador: "¿De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que veníamos a destruir a vuestros enemigos. Los habéis perdonado a todos, y a muchos hasta con cariño los habéis tratado. Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo: —Os prometí destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo mío: a todos los he hecho mis amigos.La sabiduría no consiste en imponer nuestra razón, reside en tener la suficiente fortaleza como para olvidar un hecho desagradable, con el único objetivo de salvar y conservar las buenas relaciones. En nuestro mundo existe una lucha permanente para demostrar que nuestros puntos de vista son los mejores. Si bien es cierto que es importantísimo hablar la verdad y ser honestos, también es importante recordar que existe otra verdad mucho más profunda que defender: las relaciones con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los vecinos... Se requiere de verdadera destreza para poder cambiar el corazón y las intenciones de otro ser humano. Esta destreza, dada por Dios, requiere entre otras cosas de la humildad. La pregunta clave aquí es: ¿Qué es más importante para nosotros: demostrar nuestra razón y quedarnos solos o perdonar y permanecer cerca de quienes amamos, en unidad de corazón? No nos conviene estar divididos. Nos necesitamos los unos a los otros para tener éxito en todos los ámbitos de nuestras vidas. Debemos ser amables con los demás no porque ellos lo sean, sino porque lo somos nosotros. De esta forma extenderemos nuestros horizontes y nuestra vida brillará bajo el sol del perdón. ¡Que Dios te dé la victoria y un bello día! Any Aular
Todos los que formaban el séquito del emperador pensaron que él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se habían sublevado contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el emperador trataba humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido rebeldes. Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador: "¿De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que veníamos a destruir a vuestros enemigos. Los habéis perdonado a todos, y a muchos hasta con cariño los habéis tratado. Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo: —Os prometí destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo mío: a todos los he hecho mis amigos.La sabiduría no consiste en imponer nuestra razón, reside en tener la suficiente fortaleza como para olvidar un hecho desagradable, con el único objetivo de salvar y conservar las buenas relaciones. En nuestro mundo existe una lucha permanente para demostrar que nuestros puntos de vista son los mejores. Si bien es cierto que es importantísimo hablar la verdad y ser honestos, también es importante recordar que existe otra verdad mucho más profunda que defender: las relaciones con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los vecinos... Se requiere de verdadera destreza para poder cambiar el corazón y las intenciones de otro ser humano. Esta destreza, dada por Dios, requiere entre otras cosas de la humildad. La pregunta clave aquí es: ¿Qué es más importante para nosotros: demostrar nuestra razón y quedarnos solos o perdonar y permanecer cerca de quienes amamos, en unidad de corazón? No nos conviene estar divididos. Nos necesitamos los unos a los otros para tener éxito en todos los ámbitos de nuestras vidas. Debemos ser amables con los demás no porque ellos lo sean, sino porque lo somos nosotros. De esta forma extenderemos nuestros horizontes y nuestra vida brillará bajo el sol del perdón. ¡Que Dios te dé la victoria y un bello día! Any Aular
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