Juntos en Navidad
La Navidad solía ser la época más emocionante para mí. Siempre organizaba una gran cena, adornaba mi casa tan bien como podía y organizaba diferentes actividades para la cena de navidad. Pero todo cambió el año en que perdí a mis padres y a mi suegro. Aquella navidad fue muy triste, a pesar de tener todo organizado como siempre. Recuerdo que esa noche me prometí a mi misma que la próxima celebración sería mucho mejor. Al año siguiente, comenzando Diciembre, di a luz a mi tercer bebe, mi primera niña. Así que creí que en verdad aquella iba a ser la más maravillosa navidad, con un nuevo bebé en casa. Pero de repente enfermé, la herida de la cesárea se infectó, y fui trasladada a la clínica, en donde me colocaron en el área de aislamiento para enfermedades infecciosas. No podía estar en contacto con nadie. Fue terrible y me sentí devastada. Incluso no podía ver a mi esposo, pues el debía cuidar de los niños en casa. En medio del dolor físico y la tristeza por estar aislada, me di por vencida. Para mí la navidad se había acabado. Pero en el transcurso de los días, amigos y familiares llegaron para estar conmigo. Adornaron mi cuarto con luces y mi cuñada llevo un pequeño pino y lo decoró para mí. Compartieron conmigo fotos de mis niños en casa, y me hicieron compañía en las largas noches. De repente ya no me sentía tan desdichada, y la alegría comenzó a inundar mi corazón. Y entonces ocurrió el milagro, el día de navidad me dieron de alta, y aquella noche llegué a casa. Recuerdo que mi esposo me ayudó a recostarme en el sofá frente a la chimenea, junto con mi bebita, y entonces mi hijo mayor de 7 años exclamó: "Mamá, eres el mejor regalo de navidad de este año". Aquel pequeño niño me enseñó en ese instante, que la alegría en navidad no proviene de una buena cena, o de la cantidad de regalos que recibamos. El gozo de la Navidad consiste en que estemos todos juntos. Mi vida cambió desde entonces y ahora mi corazón esta más agradecido, porque comprendí que la navidad la hacemos las personas, no los eventos.
Esta hermosa historia nos dice que la celebración de la navidad es mucho más que compartir una comida, o intercambiar regalos. La verdadera dicha consiste en saber que contamos los unos con los otros, sin importar lo que pase. Así que si este año las cosas no han resultado como esperabas, tan solo toma un momento, y mira a tu alrededor, y agradece por quienes te rodean. Recuerda que la Navidad está en la compañía de los que te aman. ¡Alégrate!, pues tienes mucho que celebrar. ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo! Any Aular
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