Cada uno en un riel
En cierta ocasión unos niños paseaban por el
bosque cuando descubrieron una línea de ferrocarril abandonada. Uno de los
niños saltó a uno de los rieles y trató de caminar por él. Después de unos
cuantos pasos, perdió el equilibrio. Otro trató de hacer lo mismo, y también se
cayó. Los demás se rieron.
«Apuesto a que ustedes tampoco pueden», les dijo a
los demás uno de los que había hecho el intento. Uno por uno los demás niños lo
intentaron pero todos fallaron. Hasta el mejor deportista del grupo no pudo dar
más de una docena de pasos antes de caer fuera del riel.
Entonces dos niños comenzaron a hablarse al oído y
uno de ellos lanzó el siguiente desafío: «Yo puedo caminar todo lo que quiera
por el riel, y él también», les dijo, señalando a su compañerito. «No, tú no
puedes», le dijeron los demás.
Entonces los niños subieron cada uno a un riel,
extendieron un brazo, se tomaron fuertemente de las manos y empezaron a caminar
por toda la vía.
Como individuos no hubieran podido hacerlo, pero trabajando juntos no les fue difícil alcanzar la victoria.
Como individuos no hubieran podido hacerlo, pero trabajando juntos no les fue difícil alcanzar la victoria.
Es importante contar con la ayuda de otra persona. Es por eso que
debemos buscar la compañía de otros y no aislarnos. La soledad nos debilita y
nos sumerge en la tristeza y la depresión. Recordemos que la unidad nos
fortalece ante cualquier circunstancia, la compañía nos hace más felices y nos
reconforta, haciéndonos más capaces de enfrentar cualquier adversidad. ¡Que
Dios te de un Feliz Día! Any Aular
Comentarios
Publicar un comentario