Dar Sin Esperar


Thomas Samson era minero. Todos los días dedicaba largas horas al duro trabajo en la mina, con su vida en constante peligro, a cambio de un magro salario. Cierto día, el capataz de la mina le dijo: -Thomas, se ha producido una vacante en un trabajo más liviano en la superficie. Trabajarías menos y pagarían más. ¿Te interesa? -Sí, por supuesto -respondió Thomas-. ¡Claro que me interesa, señor! Sin embargo, ¿podría ofrecerle el trabajo a mi amigo Tregony? Él no es tan fuerte como yo y temo que el trabajo en la mina acorte sus días. No quiero perder a un amigo. Al capataz lo conmovió la generosidad de Thomas y le dio el trabajo a Tregony. Thomas siguió trabajando duro, pero un buen día  se produjo otra vacante en la superficie. El capataz enseguida se lo comunicó a Thomas, que esta vez sí aceptó. Thomas y Tregony trabajaron juntos durante veinte años.
La bondad no pasa desapercibida ante los ojos de Dios y de quiénes nos rodean. Nuestras acciones siempre dejan una huella. No olvidemos que nuestra forma de actuar para con nuestro prójimo: nuestro amigo, nuestro vecino, nuestro familiar, nuestra pareja siempre generará una respuesta de parte de ellos y creará un ambiente a nuestro alrededor. Hagamos con los otros como nos gustaría que hicieran con nosotros y seremos más felices. Sembremos lo que deseamos cosechar. ¡Que Dios te de un Feliz Día!      Any Aular

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