¿CUAL ÁRBOL DEBO CULTIVAR?


Unos jóvenes un poco confundidos decidieron buscar el consejo de un anciano muy sabio que habitaba cerca de ellos. Le manifestaron que debido a sus estudios y otras labores, no tenían tiempo para dedicarse un poco a su vida espiritual. Entonces el sabio, después de mirarlos fijamente por unos instantes, les contó una pequeña historia: “En una pequeña aldea de leñadores había un árbol recio, grande y fuerte. Todo el mundo decía que la calidad de su madera era inmejorable. Lo habían preparado durante años para que alcanzara una cierta envergadura. Pronto sacarían de él gran cantidad de madera, que exportarían a otros lugares durante largo tiempo. Este árbol de excelente calidad iba a ser la fuente de la prosperidad de la aldea durante años. Un día de tormenta un rayo alcanzó al recio árbol, partiéndolo en dos. El impacto hizo saltar una chispa y la madera comenzó rápidamente a arder, consumiéndose en un instante. Sin embargo, el viejo árbol que estaba al lado, al cual el pueblo estaba dejando morir, pues la madera no era apreciada por ellos, resistió a las llamas sin dificultad.”- ¿Cuál creen que era el árbol de mejor calidad?- preguntó el anciano. Los jóvenes contestaron inmediatamente: - El que no se quemó. El sabio añadió: -En verdad les digo, piénsenlo bien y sabrán cuál de los dos árboles deben cultivar-.
Lo que cultivemos es de suma importancia para nuestras vidas. Es vital para nosotros hacer énfasis en aquello que permanece, no en aquello que está por un tiempo y luego se desvanece. ¿A que estamos dedicando nuestro tiempo, nuestra vida? Dios es eterno y nos hizo eternos a nosotros. Es importante entonces que cultivemos aquellas cosas que perduran, que generan cambios en nosotros y a nuestro alrededor. Cultivemos el amor, el buen trato, la bondad, la generosidad, la alegría, pues ello nos asegura un futuro seguro. No nos perdamos en nimiedades, egoísmos, malos tratos, envidias, celos, temores, pues nada de esto nos traerá algo bueno. Cambiemos el enfoque de nuestras vidas, dediquemos más tiempo a lo espiritual, ayudemos a nuestro prójimo sin olvidarnos de elevar nuestros ojos al Buen Padre que está en los cielos, pues Él sólo tiene buenos deseos para con nosotros. No nos rindamos hoy, y elevemos nuestros corazones para recibir y extendamos nuestras manos para dar. Cultivemos el árbol que  soporta las tormentas, haciendo con los demás como nos gustaría que hicieran con nosotros... ¡Que Dios te de un Feliz Día!    Any Aular

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