EL LAVAPLATOS CREATIVO

Su apellido era Carulla. Para poder estudiar de noche, tenía que pasar varias horas durante el día en una heladería lavando platos, fregando mesas, eliminando los rastros de helado, mientras los demás estudiantes jugaban y se reían despreocupadamente. Era una labor que podía ser cansona y tediosa pero Carulla se propuso obtener de ella todo el mayor provecho posible. Observó detenidamente cómo fabricaban los helados, y cuáles agradaban más al público. Fue llevando cuentas detalladamente de la críticas y alabanzas que los clientes hacían respecto al modo como eran atendidos allí. Y se fue dando cuenta de que a la gente le agradaría más el poderse servir directamente cada uno lo que más le agrada en vez de tener que pedir cada vez lo que necesita. Autoservicio se llama este sistema. Y así nació en él la idea de fundar un negocio en el que cada cliente pudiera escoger y comprar lo que más le agradara. Su éxito fue rotundo. Y… ya sabemos que llegó a tener más de una docena de grandes almacenes. ¿Y qué fue lo que hizo este señor para no dejarse llevar del aburrimiento, ni dejarse desanimar por el cansancio en una labor tan tediosa? El trató de usar su ingenio para preparar un sistema de ventas de helado más eficiente y al gusto del cliente.

Siempre encontraremos oportunidades de triunfar en donde menos lo esperamos. Lo que necesitamos es cambiar de actitud, cambiar nuestra forma de ver lo que estamos pasando y darle la vuelta a nuestro favor. Seamos agradecidos y dejemos la queja y la inconformidad a un lado. No te rindas, porque allí, escondida detrás de tu aflicción está tu bendición. Sigue limpiando los pisos, lavando los platos y fregando las mesas. No te canses, no te sientas menospreciado o vencido por que no te tocó la suerte de quien está a tu lado. Deja ya de compararte y busca tu salida. No mires a los lados, mira tu camino y encontrarás la felicidad que Dios tiene reservada para los que luchan. ¡Que Dios te de un Feliz Día!    Any Aular