Detente, es buen tiempo.
Cierta
vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente
alta, cuando de repente justo después de una curva apareció un hombre parado en
medio de la vía el cual le hacia señales con los brazos, muy desesperado, para
que detuviera el vehiculo.
El
conductor, sorprendido y a la vez asustado, toco insistentemente la bocina para
ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre insistía
en hacer señales al conductor para que se detuviera.
-¿Que
le sucederá a este hombre? Debe de estar loco -dijo el conductor mientras
pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas
negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de atropellar a
aquel hombre. Muy enojado, a la vez que nervioso por el incidente, bajo de su
vehículo y cerrando la puerta con mucha fuerza, se dirigió hacia el hombre y le dijo:
-¿Acaso no tiene ojos? ¿No ve lo peligrosa que es esta carretera y se atraviesa
en ella como si nada? ¿O acaso esta usted fuera de si para no ver el peligro
que corre?
-No,
señor, no estoy loco -le contestó el individuo-. Lo que pasa es que el puente
que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que si no hacía
algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida
para ver si podía salvar la suya.
¿Cuántas veces
necesitamos un buen consejo, a tiempo, antes de llegar al precipicio? ¿Cuantas
veces Dios nos habrá hablado a través de las circunstancias o de las personas y
habremos pasado por alto su dirección?
Como podemos ver,
no es muy fácil a veces salvar una persona, y sobre todo cuando ha tomado una decisión
que considera acertada. En verdad nuestro mundo esta así, pues actuamos muchas
veces como ciegos, no entendiendo hacia donde debemos caminar.
Vistámonos de
paciencia, de valentía, de convicción, y pidamos a Dios mucha sabiduría, pues
bien sea que nos toque recibir un consejo o darlo debemos asumir nuestra
responsabilidad, nuestro deber de corregir el rumbo o de enfrentar la terquedad
de nuestro amigo o familiar… ¡Que tengas un bello día! Any Aular
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